viernes, 8 de febrero de 2008

EDITORIAL DE FEBRERO



¿Es fruto de la impaciencia, ligada siempre a mí, o ya huele a primavera?
Luce el sol, dejando atrás una cuesta de enero especialmente pesada, con más verticalidad, si cabe, que la de otros años.

Es complicado, difícil, iniciar la subida a una pendiente, ya de por sí costosa, sin sentir del todo las ganas, el convencimiento de que valdrá la pena. Sólo la ilusión por llegar arriba, compensa el mal trago de la subida.

Quiero expresar con esto que no es una buena aliada la desilusión. Todos nosotros hemos podido comprobarlo a lo largo de nuestra vida y también nos tocó compartirla. Es un sentimiento que siempre acaba rompiéndonos algo dentro.

Pero ocurre como cuando enfermamos; una vez todo pasa y volvemos a sentirnos fuertes, valoramos mucho más lo que tenemos. Eso percibo yo en nosotros: una ilusión incipiente, tímida quizá, pero latente.

Pese a que todos tenemos algo por ahí cerca que nos puede hacer perder, por momentos, la esperanza, también sabéis y sé que tenemos mucho, mucho por ofrecer y por recibir, y será en este lugar de encuentro, donde sigamos vertiendo nuestros presentes, para un recién nacido que asomaba un ojo al exterior, y ya estamos contentos porque acaba de asomar el otro.

Este mes, tal como acordamos en nuestro último encuentro, contaremos con un apartado, al que llamaremos “El plumier revuelto”, donde tendrán cabida opiniones, reflexiones, consejos, etc. Asimismo, y con la idea de dar un aspecto algo más organizado a la estructura del “blog”, abriremos un apartado de poesía.

Y, con todo, las ganas de inventar, de sentir lo que otros cuentan, de contar lo que otros sienten… y de sentir todos juntos esta nueva empresa que nos une.

Aquí estamos, compañeros, dispuestos a bucear por entre las burbujas de un agua limpia que incita, cual imán azul, a zambullirnos de golpe. Estamos aquí, buscando con nuestros ojos, el trazo más añil de un cielo que nos avisa de marzo y nos ofrece un febrero más generoso este año. A ver qué hacemos con ese día de más (hay que aprovecharlo). Os propongo un relato a propósito del día veintinueve de febrero, como protagonista.

Aplaudiendo esta alegría contenida, por este compartir, os deseo un feliz y apacible mes.

Un beso a todos.