lunes, 4 de abril de 2011

TE IBA A BUSCAR.

Dime qué hizo que te detuvieras,

antes de irse la luz de lo verde al carmín,

con el pie sin bajar todo del adoquín

y parar mis latidos sabiendo que eras

una de esas del bosque, una de esas hadas

que te hacen bailar sin laúd ni tambor,

que bendicen, te dicen, o algo peor:

te enamoran sólo de una mirada.

Di por qué no miré ni a los lados ni atrás

y cómo es que no quise o no supe parar...

Más que lo violento al perder tu mirar

me dolía el vacío de no verte más,

más que cualquier herida, mi vida; y pensar

que unos metros faltaron para recortar

la distancia en que un brazo te puede abrazar

o esa otra, en que un beso te puede besar…

Dime qué hizo que yo te sintiera

mientras dicen que no hice sino respirar,

sin moverme, sin verte, sin acariciar,

sin hablar, sin un ruido, a mi vera, a mi vera,

y al subir sus persianas mis ojos te vieran

como si en aquel día, supieras, supieras,

que mi vida te iba a buscar.