miércoles, 30 de abril de 2008

CONCLUSIONES

Ya no esperaré ansiosa la inspiración cada atardecer; toda hora es digna de ser deseada; cada hora posee el don para sorprender.

UN POEMA ME MANDO YO

Un poema me mando yo, impasible,

hacer con cuatro ideas desbocadas,

verso en rima y una estrofa medible.

Y palabras en desorden y gastadas.

 

Sé que ando sin luz y sin fusible,

que el ripio me prepara una emboscada

que no hay alternativa, no es posible.

Que no tengo la salida preparada.

 

Yo persisto, diciéndome invencido

y le grito al azar no se detenga

que el caos es preferible a estar perdido.

 

¿Hay por ahí un verso sencillo que contenga

el final que necesito comprimido?

¡Que se venga,  antes del fin!, ¡venga!, ¡¡que vengaaaa!!.

 

PREFERENCIAS


Prefiero la ola que me arrasa, que me empuja hasta la orilla. La prefiero a esas otras aguas, cálidas y serenas que me ofreces y en las que por inercia ya, me sumerjo cada noche, en cada sueño. Inercia que me gana la batalla de soñar, a la espera de la violenta ola. ¿Lo arreglaremos despiertos?

CUENTOS PARA DORMIR BIEN


Me enseñaron a quererte como a un verdadero padre, y de esa manera fue durante mucho tiempo; pero hace algunos años comprendí la estupidez de mi absurdo sentimiento, ante la injusticia de que hubiera gente sin padre y yo disfrutase de dos.

Antes, estaba tan en las nubes que casi podían hacerme cosquillas tus milenarias barbas; ahora… que le vayan a otro con el cuento de que sólo necesitaste, para montar este escenario, siete bien aprovechados días.




HÉROES DEL VOLANTE.

Yo sujeto con diez dedos el volante:

Por mi vida, te aseguro que lo aprieto;

burla burlando van tres de delante

y el que conduce también, todo el cuarteto.

  

No conciben, por lo visto, ir despacito,

a menos de doscientos como pronto;

gritan (nadie sabe hablar bajito)

por decirme que ir así, es ir de tonto.

 

Y los veo parados, de repente,

con señales de trompazos en la cara;

con un poste han ido a dar frente por frente,

su coche, como es lógico, se para,

y adelanto casi andando, finalmente.

 

¿Moraleja quieres tú? ¿Aún no es bastante?

¿Tienes medio kilómetro de vendas

y es preciso soltar explicaciones?

Hay que ir más despacio (llegas antes),

conducir con prudencia por las sendas,

y tocar algo menos... los claxones.

 

PUEDE SER.

¿Un te quiero? ¡Puede ser!

!Puede ser que me falte un te quiero!

También puede faltarte un lucero

una noche, pero...

siempre,

siempre tienes el amanecer.