lunes, 27 de septiembre de 2010

HABLEMOS DEL TIEMPO

Ahora que no tenemos
un tiempo a nuestro favor,
que nos instale en la cordura
de qué hacer con el amor;
con el amor cuando llega,
cuando avanza sin premura,
a destiempo y sin mesura,
y tan locamente, amor,
tan intensamente, amor,
tan irremediable, amor.

Hablemos del tiempo;
de mi tiempo sin tus ojos.

Hablemos del tiempo;
de tu tiempo sin los míos,
sin la luz que nos invade.

Hablemos de ese vacío
que nos inundará cuando
sintamos que se nos mueren
los minutos sin tenernos,
sin mirarnos los segundos
y mi tiempo sin tu voz.

Mi tiempo sin ti no es tiempo.

Sentiremos que nos sobran
las horas en el reloj.

En tu piel viven mis sueños.
En tus ojos, mi razón.



Es la primera posible canción que he escrito en mi vida. Acabo de mandársela a Juan Carlos Durán y si le gusta y le inspira (que todo hay que decirlo), le pondrá una música de esas tan preciosas que suele componer. Quería compartirla con vosotros. Y por supuesto, se admiten sugerencias, críticas, etc...
Besos.

El desconocido

Un día tras otro seguía sin atreverse a hablarle, pero lo seguía durante un rato a ver donde se dirigía. Parecía de costumbres fijas. Cada día compraba un periódico y se sentaba en el mismo café a leerlo.
Ella con aire distraído pasaba cerca e incluso llegó a sentarse en la mesa de al lado con el mismo periódico por si él se atrevía a abordarla. Un día sintió que él la miraba por encima de sus gafas y ella sonrió. Le pareció que le devolvió la sonrisa. Al día siguiente no estaba. Ni al otro. Preguntó por él al anciano dueño del café y éste le dijo que estaba de luna de miel con la camarera. Silenciosa, regresó a su casa.

PATOLOGÍAS (1).

El SPIDS.

Conocido científicamente como el síndrome de pringue interdigital solidificada, se genera en un amplio sector de la población peatonal, si bien quien lo padece es, en general, el sector callista y podológico, además del vendedor de zapatos sorprendido a traición.

Muy común entre carteros y pastores, el reciente descubrimiento de dedos en dichos pies, gracias al uso de sopletes, ha supuesto un extraordinario avance en el estudio de esta patología.

Tratamiento: Extirpación de calcetas y ataque detergéntico a presión para ambos pies, en contra de la tradición clínica seguida desde mediados del siglo XI, muy a favor de lavar sólo uno al año, por si se usaba en los oficios de la Semana Santa. Tras la retirada y quema pública de los envoltorios, aplicar una mezcla contundente de cosas que hayan hervido y, si puede ser, sigan hirviendo un rato con los pies dentro. Repetir cada cuatro horas, renovando las mascarillas pero sin retirar la pinza de la nariz.

Se aconseja su aplicación en períodos de resfriado intenso de los profesionales y en espacios cercanos a Tarifa, conocidos por la fuerza con la que sus vientos ahuyentan los malos espíritus.