miércoles, 10 de octubre de 2012

Rumores y demás (1).


El cura Jenson GarciGómez  tiene un reloj que da la hora pro nobis.

Marcela Dora ha denunciado a su marido por follar con gafas el pasado martes. Vecinos y familiares intentan consolarla a la espera de la vista previa.

La campana de la Iglesia retrasa cuando le tiran tarde de la cuerda.

Mi primo soltero, el número de la guardia civil, se enfada cuando le llamo número primo. No sé si decirle que ascienda o que se busque pareja.

Acabo de cantar y subo la persiana para recoger  las verduras lanzadas desde las otras ventanas del patio. Hoy, doña Parmenia, la del tercero, me ha tirado cogollos porque sabe que tengo visita. Después, hemos retirado la ropa tendida con rapidez, pues también el Cielo ha ejercido su protesta con una tromba de agua.

Salgo de la casa verde con un sentimiento de absoluto desconstreñizamiento. Se lo hago saber a mi psiquiatra, doña Felisondra Bapsats, y me dice que me pinte de otro color. Quizá tenga razón.

No vuelvo a bailar con Jessica Herzoi. Me hace girar a la misma velocidad que el disco de vinilo y hoy un gracioso ha traído un disco antiguo de 78 revoluciones por minuto (de los chicos). He acabado en la tienda de enfrente y hasta que mis dientes no han vuelto a su lugar yo no he vuelto al baile.

Ayer mi bisabuela recibió el Nóbel de Física Tísica pero, como prometió, no saludó al rey de Suecia. Su madre, aferrada a las ideas republicanas, le dio un buen golpe al monarca y lo guardó en el guardarropa hasta que terminara la ceremonia y su hija recogiera el premio de manos de una corista guapísima.