miércoles, 28 de mayo de 2008

DESPERTAR

El Rompido. Julio de 2006.



A veces nos perdemos en lo más tenebroso de nosotros mismos. Abastecemos nuestra alma del insoportable vacío de la infelicidad. Es entonces cuando nos salva el hecho simple de mirar a través de las tupidas cortinas que hemos ido tejiendo, en un tiempo demasiado oscuro e inexorable, para ser capaces de ver ese añil que nos espera y que nos devuelve a la vida, brindándonos todo un cielo de posibilidades.