lunes, 6 de junio de 2016

SAN JORGE


                  -Que sí, san Jorge, que sí. Que síiiii. Escucha, escucha… Si yo sé que tú le pones toda la voluntad del mundo. Pero ahora, con tu lanza en el corazón –sin pincharte, ojo-, dime a mí quién me draga el lago, estando como estoy a puntito de abrir el parador, con el cien por cien de ocupación. Ese dragón era mis pies y mis manos. ¡Si hasta era mi mensajería aérea, hombre de Dios! En fin, nada, nada, hombre, déjalo, si más noble que tú… anda, vete al carajo y no vuelvas. Menos mal que tengo un par de huevos a punto de eclosionar. Veré cómo me las arreglo mientras. Hala, un abrazo, y no seas tan lanzado.