martes, 28 de diciembre de 2010

RENDICIÓN


Descubres a medias el tul que me envuelve
y me revistes de toda tu esencia.
Acaricias mi piel hasta dolerme
y sin dejarme voluntad apenas,
rompes y anudas el tul, que ya sobra,
a mis manos tan sedientas.
Y soy tuya.