lunes, 28 de junio de 2010

PAGOS Y COBROS.

Una vez que Pedro le robó la cartera al ministro del Interior, corrió hacia el puesto de policía del aeropuerto para alertar de que una banda de carteristas estaba haciendo presa en los viajeros. Pedro había dejado su propia cartera a cambio en el bolsillo del pantalón del ministro.

Antes de salir hacia el aeropuerto, Pedro había apostado diez mil euros con el ex convicto Juan a que éste no sería capaz de quitarle la cartera dentro del propio aeropuerto sin que se diera cuenta.

Cuando Juan terminaba de sacar la cartera del ministro del bolsillo de Pedro, dos agentes le colocaban unas esposas en las manos.

-Aquí tiene, señor ministro, no sabíamos que viajaba solo, -dijo uno de los agentes al devolver la cartera y ver el pasaporte diplomático, sin fijarse lo más mínimo en la fotografía del documento, tapada por el pulgar de Pedro.

-Yo me encargo de él, -dijo Pedro- y se alejó con Juan hacia una sala VIP algo alejada de los pasillos del aeropuerto.

-Dame los diez mil euros y te saco de aquí, -dijo Pedro mientras soltaba las muñecas de Juan.

Mientras, el ministro, sorprendido al sacar la cartera de Pedro del bolsillo, era sacado de la cola para embarcar y llevado sin miramientos a la misma sala donde le esperaban Juan y Pedro.

-Yo me encargo de él, déme la documentación que llevaba y la llevaré a la comisaría -dijo Pedro a los agentes. Se quedaron los tres solos.

-Me debes diez mil euros, -dijo Pedro al ministro, con quien había apostado que sería capaz de hacerle perder el vuelo si viajaba sin escolta.

Cuando se hicieron los pagos y se devolvieron las carteras a sus dueños, Pedro pudo pagar por fin los veinte mil euros que había perdido al póquer con las mujeres del ministro y Juan la semana anterior.