sábado, 24 de octubre de 2009

CARTA DE SANTA POLAINA A LOS TEBETEOS.

Hermanos:

Maldigo todos vuestros páncreas a partir de las diez de la mañana de hoy.

He sabido por la abadesa/madre superiora /jefota del mi convento situado en vuestra villa la que le habéis liado este fin de semana anterior. Dirijo especialmente estas letrillas, con dolor en mi corazón, al soplabollas que tenéis por regidor/alcalde/mandón, que a la vista de los testimonios se quedó pusilánime, quieto y arropado de mantas y prototipos de edredones. Intolerable.

Conocéis de sobras el motivo de mi ardorosa misiva, pero no me importa recordároslo, en titulares, para que no vuelva a repetirse o, por mis callos, que hago una rogatoria y os llueve hasta debajo de las alfombrillas de baño.

Una tuna es una tuna. De acuerdo. Si se le meten ritmillos recién llegados del Caribe, se mueven las pajarillas y, con letras adecuadas, se deja oír. Pero que haya llegado hasta mis oídos que mis ciento once monjas han hecho lectura de maitines al compás de “darle a tu cuerpo alegría, Ana Bolena, que manque sea sin cabeza tú sigue estando güena…”, etc., por ahí no paso.

En vuestras manos lo dejo, a sabiendas de que el concejal de fiestas tomará nota de mi enérgica protesta y ensayará sus carnestolendas en el patio de su casa, que es particular.

Siempre vuestra, Polaina de Menjíbar y Chascarra, directora, fundadora y administradora única (según escritura de constitución) de la Orden de la Metralla.