ALGUNOS AFORISMOS.
Si los pájaros han dejado tu casa y su nido en primavera, es que tú también eres un pájaro, chaval, y vives en un nido.
¿Por qué un número par es fácil de encontrar (conozco varios) y hallar un par de tu número es casi imposible?
COSAS VARIAS.
Cruzas la calle feliz, con los ojos cerrados. Sin una farola, ni un faro de coche. Ni semáforos. Ni una sola bombilla, ni un mechero, joén. Pero no tienes miedo. Tu urbanización de naves adosadas, a quince kilómetros del cráter Archimides, es tranquila de veras. El centro de la Luna se ha puesto imposible.
Muy bien en la lambada y algo lento pero elegante en el vals. En cambio, lamentable en el foxtrot, con todo enredado. Al menos, no en misa de nueve, padre Lucio.
Igor Donabo, ucraniano, gritaba “¡yo axilado, yo axilado, yo hospital!”. El jefe de policía aduanero le ofrecía asilo político. Igor insistía en recibir atención médica. Gracias a Leonora Pronobis, traductora, nos enteramos de que Igor huyó de su país harto de patadas en los sobacos. La documentación, en efecto, estaba en regla.
Poñoñoño Sicarube, de Ulam Bator, se sentó con paciencia y un botijo en la puerta de su casa tras pedir al dios Blablebashtra ver la cabeza de su odiado enemigo pasar. Y lo consiguió. Lo malo es que, bajo ella, pegado por el cuello, caminaba lentamente su enemigo, que diez días antes había ofrecido un sacrificio a la diosa Klasostrabí para llegar a ver a su odiado enemigo, Poñoñoño Sicarube, sentado en un botijo e incómodo.
Deja que el lado ese de tu cerebro, el dezquierdo, te guíe sobre el malbien de tus actos impurbuenos. De este modo, tu higriñón, tu vesígado, tus prostículos y tus pulmoncreas mantendrán la armonía de tu ser. Aunque no te remataran bien las costuras, Frankie, que no se puede tener todo.