Soñé una noche que me casaba/ con una rubia angelical/
si ustedes quieren saber mi sueño/pongan atención, pongan atención
lo voy a contar/La Iglesia estaba llena de gente/dos mil bujías daban
su luz/en los salones resplandecían/regias cortinas regias cortinas de
raso azul/ La novia estaba pálida y bella/ sus ojos fijos en el altar/
yo la miraba lleno de júbilo/ no la dejaba de contemplar/ En esto que
salió el sacerdote/ y nuestras manos quiso enlazar/ pero al tocarlas
estaban tan frías/ que no tuve por menos que despertar/ Qué triste
noche qué desengaño/ al darme cuenta cuando desperté/ que eran los
hierros fríos de la cama las manecitas que yo creía de mi mujer.
Cosecha de la época de mi madre. Ya ha llovido.