Soñé una noche que me casaba/ con una rubia angelical/
si ustedes quieren saber mi sueño/pongan atención, pongan atención
lo voy a contar/La Iglesia estaba llena de gente/dos mil bujías daban
su luz/en los salones resplandecían/regias cortinas regias cortinas de
raso azul/ La novia estaba pálida y bella/ sus ojos fijos en el altar/
yo la miraba lleno de júbilo/ no la dejaba de contemplar/ En esto que
salió el sacerdote/ y nuestras manos quiso enlazar/ pero al tocarlas
estaban tan frías/ que no tuve por menos que despertar/ Qué triste
noche qué desengaño/ al darme cuenta cuando desperté/ que eran los
hierros fríos de la cama las manecitas que yo creía de mi mujer.
Cosecha de la época de mi madre. Ya ha llovido.
7 comentarios:
Jaja, recuerdo las meriendas en casa de mi abuela, el olor a pan tostado y tulipán, y los cuentos, los poemas.
Cuánto echo de menos aquellos tiempos, Paquita. Qué bien que nos recuperes estas coplillas, de manos frías y caricias oníricas de metal.
¡Oh, pobre mío! ¡Su gozo en un pozo!
Paquita, tu memoria es un lujazo. Sigue rebuscando por sus recovecos, que me encantan estas coplillas. Un beso.
Estas coplillas se cantaban al vivir con una mijita de pausa, con algo de picardía, con el tiempo que piden las cosas bonitas. Y tú las rescatas con la misma gracia.
Un beso.
Cancioncillas del ayer que habría que recuperar, para que nos dieran la medida del vivir sin prisas, pero con ganas.
Sigue buscando en tu recuerdo esas canciones del ayer, para que llenen nuestros días de mañanas.
Un beso azul
Jaja.
Jolín, Paquita, al sueño que no le faltaba de nada...
Estas coplillas tienen su alegría.
Gracias.
Gracias amigos mios. Seguiré rebuscando en el archivo que me dejó mi madre para no olvidar que
hubo otra forma de vida, no mejor que esta, más pausada si, besos
Tarde como siempre, pero quiero que sepas que te he leído. Me gusta que recuperes para los más jóvenes, y para todos.
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