lunes, 13 de septiembre de 2010

Vitoria-Gasteiz y sus alrededores, con ojitos de andaluza



Vitoria-Gasteiz se ha levantado hoy soleada, luciendo un precioso cielo azul, y unas nubes blancas y gorditas de esas que hacen que las fotos sean aún más bonitas. Y creo que se ha levantado así, ofreciéndome ese regalo de la luz porque sabe o lo intuye, que mañana volveré de nuevo al sur, a mi tierra, a mi casa. Ella me ha ofrecido ese regalo enorme del azul y de la vida, y yo os ofrezco a vosotros, (mis amigos de paraleernos)
algunas de las fotos que he hecho aquí en Vitoria y sus alrededores.
En una de ellas, (ayer salió un día gris y amenazante de lluvia) se observa , y no en toda su belleza, las ruinas del convento de Santa Catalina del s. XIII (el monte y las hiedras se han adueñado de ellas); en otra las salinas de Añana donde en la actualidad se ha recuperado la extracción de sal y donde aproveché para darme un baño de pies y manos en aguas saladísimas (¡¡¡un gustazo, chicos!!!); la que véis del ciervo medio escondido tras la maleza, es en un parque cercano a la ciudad donde pueden disfrutarse de ellos y de cientos de aves, rodeados de frondosa vegetación y de un silencio envolvente y la última (espero que se organicen a la vista por el orden que voy describiendo) está la Plaza de la Virgen Blanca, en pleno centro vitoriano y desde donde en fiestas (primeros de agosto) descienden al Celedon para que todos sepan que empieza la juerga.
Bueno, pues aquí os dejo unos detallitos de esta ciudad vasca donde se potea bien y donde podéis degustar (si sois capaces de elegir) cientos de pintxos a cual más originales.
Aunque yo no soy de aquí, os invito a venir. Y como dicen ellos AGUR, hasta que vengáis.