domingo, 21 de marzo de 2010

CARTA DE AMOR CON TRATAMIENTO DE USTED

Querido Enrique: Aun no hace una semana que se marchó y parece que ha pasado un año sin tenerlo a mi lado, no puedo explicar con palabras lo que siente mi corazón al saberlo lejos.
Llegó usted a mi vida en circunstancias tristes para mí, atravesaba malos momentos y su presencia fue como una tabla salvadora a la que se agarra el naúfrago. Su apoyo desinteresado, su comprensión y su paciencia, hicieron que poco a poco, sin apenas darme cuenta, me fuese acostumbrando a su presencia de tal manera que ya no sabría vivir sin ella.
Al principio, sólo sentía agradecimiento por tanta dedicación sin pedir nada a cambio; luego, a medida que pasaba el tiempo, se fue metiendo en mi corazón con tanta intensidad que no podría vivir sin tenerlo cerca, no, no me imagino la vida sin escuchar su voz ni sentir el contacto de sus manos cuando me acarician.
Por ello querido Enrique, ahora que asuntos para usted importantes lo han alejado temporalmente de mí, deseo que todo se resuelva a la mayor brevedad posible para que vuelva a mi lado.
Me conoce bien y sabe que no suelo expresar mis sentimientos con palabras debido a mi timidez, por eso aprovecho esta separación temporal para, a través de papel y pluma, hacerle llegar todo cuanto siento por usted y que como digo, no me atrevo a decirle personalmente. Ahora que no le tengo cerca, hago memoria del pasado cuando nos conocimos. Recuerdo como si fuese ayer las murmuraciones de amigos y familiares, yo era una jovencita y al ser usted bastante mayor no veían bien la relacion; todo eran cábalas y malos augurios. No te conviene, me decían unos, es muy mayor para ti, aseguraban otros, se cansará y te dejará cuando menos lo esperes.
Todos opinaban pero no hice caso a nadie y jamás me he arepentido, por el contrario bendigo el día en que dios, o el azar lo pusieron en mi camino.

Cuando pienso en las vicisitudes, los problemas a los que hicimos frente, siento una gran ternura hacia usted, pues en tales circunstancias siempre me ayudó con su cariño y ánimo. En este viaje que le ha separado de mí me hubiese gustado acompañarle, pero comprendo que no era oportuna mi presencia en tales momentos. En los años que llevamos juntos, sólo he recibido satisfaciones y alegrías, me siento tan apoyada y querida... no sé si habré estado a la altura porque al ser poco expresiva puede pensar que no le quiero: nada más lejos de la realidad, mi amor por usted es algo muy fuerte que con el paso del tiempo se consolida más.
Querido Enrique, sus problemas personales son míos también, si yo pudiera resolverlos lo haría sin dudarlo pero no me es posible y bien que lo siento, cuando lo veo tan atribulado me entristezco, que si pudiera con solo mirarle, le liberaría de sus preocupaciones. Tengo unas ganas enormes de que pasen rápidos los días que faltan para tenerle de nuevo a mi lado. No quisiera escribir ni una carta más pues eso indicaría que estamos juntos de nuevo. Mientras ese momento llega, le envío un abrazo fuerte con inmenso cariño. Siempre suya, Alicia.