viernes, 11 de mayo de 2012

Haiku de Clea

Reposa el día,
de par en par abierto
para leernos.

               [Clea]

GRANDES JUICIOS DE LA HISTORIA (1).


Salomón y la aritmética infantil.

Palacio salomónico. Columnas retorcidas y caras más aun.
Se celebra en abierto un juicio que la prensa ha elevado al número dos de la lista con sus comentarios y sus juicios paralelos. El primero sigue siendo el Juicio Final.
Entran dos mujeres, cada una cogiendo a un niño por una pierna. El niño, bocabajo, recoge firmas para que lo pongan boca arriba. Imposible con un 92% de analfabetismo.
Murmullos.
Entran los jueces auxiliares, el jurado y uno que pretende a una de las dos mujeres, que –un poco vago- ya tendría un niño hecho.
Comentarios jocosos.
Entra Salomón. Aplausos, vítores y serpentinas de colores. Se sienta. Se levanta dos o tres veces más hasta que, a base de latigazos, cesan los aplausos.
Prolegómenos.
-Pa mí el niño, que es mío, -argumenta la primera mujer, a la que llamaremos “Primi”, por ser prima segunda de quien relata este juicio.
-Pa ti enseguía, -reta la segunda, que llamaremos Jacinta Pacubos.
Hechas las alegaciones, el rey sabio se levanta y le pone salsa a la sesión.
-Yo aquí parto en dos y asunto resuelto.
-Pero si sólo ha habido un parto, majestad, -dice uno de allí, al que llamaremos “Uno”.
-Pero es el mejor reparto, -dice Salomón.
-Pues yo apunto y parto a mi casa, -dice otro de allí, al que llamaremos Sigfried.
Primi salta hacia atrás, sin soltar al niño, y desafía:
-Yo, que he luchado contra los partos (tribu del mar Caspio, no liarse), y ahora me viene usted con éstas. ¡Vamos, es que me parto de risa!, -suelta.
Jacinta, en doble voltereta con niño en mano, se lanza al estrado:
-Así  imparto justicia yo también, no te digo (tono castizo, muy de Lavapiés).
El rey se ve acorralado. Tira el post it que tenía escrita el comentario amable sobre el postparto de la verdadera madre. No pega nada. Igual que el post it.
Pero la sesión se alarga y Salomón trinca una espada que pesa más que él. Resulta que la usa como bastón, pero da telele verlo.
Finalmente, dictamina:
-Vamos al turrón, que esto se hace larguísimo. Yo comparto, así que vosotras dos, partid y compartid. El niño pa una, la Primi, lunes, miércoles y viernes; martes, jueves y sábados, para Jacinta. El domingo que descanse y le pongan de pie, al pobre. Venga, todo el mundo para casa, que se me enfría la berza.
La puntuación que dio la prensa al juicio fue de un ocho justo, exacto, sin decimales, al no tener que dividir.
Al día siguiente, tras pagar las costas, las dos mujeres siguieron viviendo juntas con el niño que habían recogido la semana anterior, delante de su puerta, dentro de una canastilla de esparto.