domingo, 19 de diciembre de 2010

A PAQUITA.

Será el verla sonriente,

pero también escribir

lo que escribe: ese torrente

de versos, Guadalquivir

sobre temas referentes:

reír, llorar y vivir

con espíritu valiente.

Niña antes, mujer fuego

con las inciviles bombas,

que deshicieron el juego

y los saltos de la comba.

Lectora, madre, cantora,

abuela, siempre poetisa,

que no pide ni una misa,

pero reza a todas horas

con su mirada y su risa.

La firmeza de sus credos,

los enredos de sus cantes

modernos y los de antes,

de amores y otros enredos

en cuartetos elegantes.

Gracias, amiga querida

por tu voluntad de hacernos

poemas para leernos:

poemas llenos de vida.

A Paquita

A Inma.

Cantar para cien edades

si te pones a contar,

necesita habilidades

como hace Inma al mezclar

clásicos con novedades.

Aquellos niños en corro:

pantallas blancas de tela,

la bruja del abejorro

y el príncipe da socorro

a la princesita Adela:

Inma modela entonar

poemas en cantinela,

para que cante un juglar

y baile un polichinela.

Algún cuento con reptil,

que será después vencido

y en un gran saco metido,

porque el público infantil

ya lo tiene decidido

O fábulas navideñas,

de encuentros desafinados

de villancicos cantados

junto al fuego de la leña.

Y juntos, por descontado.

Como hace magia el brujo,

en verano o en invierno

Inma siembra con dibujos,

lo guarda en paraleernos,

y tú, tan sólo con vernos,

te encuentras con ese lujo.


A Inma.

CANTARTE LENTO.

De viva voz y el portento:

la oí cantar y me vine

como los niños del cuento

con música de violines.

Cantando a puro torrente,

o susurrando en sigilo,

igual, indistintamente

nos puso a sentir en vilo.

Los cantes dijo con seda

acariciando las notas:

ya sobrecogida queda

el alma y se te agarrota.

Cogió el aire y lo hizo brisa,

lo domó, o lo volvió viento,

cuando la boca de Isa

desbordó ese cante lento

y el tiempo perdió la prisa.


A Isa.

ANDAMIO DE VERSOS.

La suerte se desparrama

como quiere y cuando quiere.

Conmigo lleva esa dama

una temporada en llamas

por suerte o por lo que fuere

y lo hace en forma que digo:

de poeta y de arquitecto

y el nombre del interfecto

Lorenzo, mi buen amigo.

Hace poemas de creer

amores por las personas,

y hace de la pena broma

al hacerte recorrer

del alma hasta el cromosoma

si lo acabas de leer.

Su verso es demoledor

del esperpento ideario:

con un solo comentario

nos contagia el estupor

del don de vivir diario.

¿Qué te explique como sea

su construcción del mensaje?

que conoce el andamiaje

tan bien como las ideas.


A Lorenzo.