sábado, 5 de mayo de 2012

Grandes personajes.


Heteróclito de Tarragona (filósofo: Era dorada de la metafísica).

Fue un hombre que nació por aquello del folleteo de su padre con una mujer que, según descubrió él mismo antes de que se lo dijeran, resultó ser su propia madre.
Sus opiniones –que nadie le pedía, pero daba sin parar- vinieron a añadir más confusión a quienes le oían, deviniendo en ser al final muchísimo más idiotas de lo que ya eran ante de ir a visitarle a su despacho.
No tuvo hijos, pero sí hijas, lo cual hizo que acabara vistiendo igual que ellas en su trabajo de danzarinas del Zeus/dance/club, en pleno centro de Alejandría, ciudad que visitó para morir allí, cuando lo mataron el día que llegó. 
No llegó, por tanto, a debutar como solista en el Lago de los Chismes, una obra llena de delatores.
Antes de eso, tuvo una carpintería, pero la totalidad de su producción de estacas para palizas en seco se mojó y tuvo que convertir en serrín ciento cincuenta mil kilos de pino gallego, que vendió a buen precio para secar las meadas de los residentes en el palacio del rey Tasio, un tipo raro y sin cejas.
Resumimos algunas de sus teorías sobre la Naturaleza Humana y de cómo guisar algunos platos.
“Elevar al hombre que se esfuerza acostado ha costado mucho esfuerzo”.
“Más vale un pequeño racimo de uvas que el mayor barril del mejor vino, siempre y cuando alguien se ha meado en el citado barril, que todo hay que decirlo”.
“Si tu mujer corre más que tú, no existe salvación posible. Está más que comprobado”.
“No siempre se pide la separación total. Hay quienes tienen suficiente con divorciarse parcialmente, empezando por la suegra”.
“Los hijos sirven para parirlos y ver que se van con viento fresco lo antes posible, para presumir de ellos a partir de ese momento.”
“El Estado, por lo visto, debe proteger con sueldos astronómicos a los débiles: jamás he visto a un concejal levantar más allá de seis o siete kilos. Y en dos tiempos”.
“-Yo desciendo del mono.
-El mono estaba subido en la mesa.
-Luego yo, antes de bajar, estaba a punto de tocar techo.
-Finalmente, qué bajo he caído.
(Silogismo de Heteróclito, adaptado por H.I.J.K. Baltser., Univ. de Krakovia).

Y en cuanto a sus aportaciones gastronómicas, ahí queda eso:
Batido de pan con poca miga sobre lonchas de pan. Preparación: Se coge mucho pan y ya está.

La mayoría de los trabajos de investigación de Heteróclito fue recopilada, vendida y rentabilizada por sus discípulos, quienes murieron en la más absoluta tristeza por no haber aprendido a leer.
Heteróclito cumplió dos de las seiscientas promesas que hizo en vida: Nacer y morirse.

Uno de los grandes. De ahí nuestro homenaje.