jueves, 24 de septiembre de 2009

POR PUNTOS

-Sí, dígame.

-Hola, Chana, qué me que cuentas.

-Pues sí que volvió el niño; ya lleva una semanita aquí con nosotros.

-La verdad, lo va superando el chiquillo. Y es que es un trago, dime tú, Chana, si no.

-Pues él iba a lo de Pekinllín, tú sabes, las Ofregadas ésas.

-No, no, que lo que tú dices es otra cosa. Lo de los chinos es lo que te digo yo. Y para un poquito, hija, que si no lo cuentas tú y yo me callo…

-Ná mujer, que tú sabes cómo me pongo cuando pienso en el disgusto que se llevó la criatura.

-Que te calle, Chana, una mihita, a ver si voy a perder el hilo.

-Ah que es tu Fonsi. Po dale un beso y que se calle también y te deje oír lo que te cuento.

-Pues resulta que él era de atleterismo de correr.

-¿Prueba? Él come de tó.

-Ah la carrera era de ochocientos mil millones de metros, más o menos. Tres vueltas había que darle al perlímetro. De eso sí me acuerdo, aunque se lo tuve que preguntar a un chino que había por allí y que me lo explicó por gestos.

-¿Que si estuve? Vengo de arroz a las tres delicias hasta el frente parietal.

-Po ná, que venga a correr y estar de los primeros cuando suena una campana.

-Ni iglesias ni ná, Chana, joén, que es la da aviso de la última vuelta.

-Pues que justo ahí, se pone un semáforo en la curva final.

-Y que mi niño no se ha saltao un semáforo en su vida, Chana. Así lo tengo yo educado desde que empecé a educarlo.

La cosa, por lo visto, se justificó porque el rey de Chanchuria tenía que cruzá pa ve a un pariente y, lo mire por donde lo mire, a un rey se le para el tráfico.

-El tercero quedó. Y desde luego, los de la plata y de oro, un alemán alto y rubio que da asco verlo y otro sudamericano rizado y con unas piernas que ni pienso mirar más en la repetición, los dos mirando parabajo. Y te digo más, Chana, los dos con cinco puntos menos en el carnet, porque se lo saltaron en rojo pasión brillante.

-Es bonita la medalla. De bronce, bronce, bronce. Se la pongo de posavasos para el cafelito y él se pone mitad contento, mitad no. Según el día.

-Po bueno, un beso. Sí, nos vemos en la pescadería. Cógeme número. Adiooooo.