sábado, 23 de marzo de 2013

Juegos a deshoras


A las tres de la madrugada sonó el móvil de Aurora:
-Le llamo de la central de alarmas. Ha saltado sólo la alarma del mostrador; nadie ha entrado por la puerta, ni por el escaparate de su tienda, pero se ve que algo se mueve a esa altura. Posiblemente haya una emisión cercana de radio, porque se oye cantar a una niña.
Al día siguiente, al llegar a su trabajo, Aurora encuentra una comba delante del mostrador.
En algún lugar interdimensional, una nenita aburrida sueña con el momento en que pueda volver a jugar con los ángeles custodios de aquel lugar de luz, de su tienda esotérica.