miércoles, 13 de febrero de 2008

"LA CARRETERA", de Cormac McCarthy

¡Me encanta cuando las coincidencias coinciden! En primer lugar te agradezco Gabriel que hayas abierto la puerta de esta nueva sección y, en segundo lugar, gracias a Nuria por su amable recomendación que, mira por donde, está estrechamente relacionada con mi breve reseña literaria. Casualmente acabo de leerme "La carretera", de Cormac McCarthy (Premio Pulitzer 2007).
Ésta es la difícil odisea de un Ulises moderno que, junto a su hijo, emprende un viaje a no se sabe dónde, huyendo de no se sabe qué, con la única referencia de una carretera que les mostrará la realidad de una tierra sacudida por un holocausto nuclear.
El autor consigue una narración de estilo cinematográfico, a veces, lenta, pausada, aséptica, indolente, así necesariamente para ser digerida. Pero tras todo ello está lo extremo, la angustia, el límite del ser humano, la anarquía de los instintos, pasar de no importar nada a, en un segundo, importar todo. El lector, sin darse cuenta, se convierte en un viajero más que vive sus desdichas y su hastío existencial.
Una situación en la que la supervivencia se reduce a un sentimiento, una mirada, una caricia, una lágrima solitaria que recorre la mejilla de un niño.

¡No dejéis de leer si no queréis dejar de soñar!

5 comentarios:

inma dijo...

Oye chica, casi nos lo destripas, pero no ha sido así. Gracias por tu reseña.

Isa dijo...

Voy mañana, sin falta, a comprarme el libro. ¡Qué reseña más bien hecha! ¡Qué bien escrita, compi! Espero que el libro le haga honor.Gracias.

Gabriel dijo...

Un libro con mil lectores suma mil y un libros. Si encima se lee con el alma, el libro crece y crece. Si se comparte, el libro llega a ser el sueño de su escritor. Tú, con tu reseña, además, invitas.
Gracias.

Peneka dijo...

Bienvenida Nuria, me encanta saber que contamos contigo. Las letras nos vuelven a unir. No nos dejes y gracias por tu reseña. Compartir un libro es compartir un pedazo de vida

Peneka dijo...

Se me ha ido pelín la "pinza" y he mezclado alegría y agradecimiento por el reencuentro con Nuria y la sorpresa por la reseña bibliográfica. Un millón de perdones.