lunes, 24 de diciembre de 2007

La ovejita saltarina

-¡Salta ovejita!-
dice el pastor.
Y la ovejita saltarina
salta un montón.
Llega tan alto
que puede alcanzar
las manzanas del árbol
para merendar.
Cógeme una hermosa,
le dice el pastor
que quiero regalarla
al Niño de Dios.
Y sigue saltando
llega hasta la luna
y coge luceros
para la cuna.
Y ya cansadita
de tanto saltar
se duerme junto al Niño
y encuentra la Paz.

2 comentarios:

Peneka dijo...

me resulta tierno y muy entrañable. En mis oidos resuena como uno de esos villancicos del pasado. ¡Ojalá seamos capaces de trransmitir a los que vienen detrás nuestra, aquello que nosotros recibinmos. Feliz Navida, Inma. Disfruta de todos cuanto te rodeen y te quieran

Gabriel dijo...

Es un poema lleno de encanto, por la música y la gracia. Y lleno de valentía, cuando rescata ese poquito de esencia de la Navidad.
Muy bonito.
Y muchas gracias.