martes, 1 de abril de 2008

...QUE DESTEJÍA POR LAS NOCHES.

La doctora Penélope Ditaca, estaba considerada una de las mejores cirujanas del mundo. Por las mañanas, en su quirófano número 9, sacaba balas de los cuerpos con una limpieza excepcional; de un modo tan preciso que sólo el inspector Ulises Zapata pudo explicar, al comprobar las horas y horas de práctica que la doctora realizaba desde su azotea, disparando por las tardes a los transeúntes de modo que quedaran bajo un ángulo de observación de 45 grados, una inclinación ideal para el bisturí.

Habían nacido el mismo día, pero el inspector y la doctora Penélope no llegaron a hablarse hasta la edad de 65 años, justo el día en que ella salía de la cárcel y él entraba para entregar a Telma Ditaca, la hija de Penélope, una gran cirujana, a la que habían descubierto como gran tiradora de precisión, el día después de nombrarla mejor cirujana del año, por la limpieza con que sacaba las balas de los cuerpos…

2 comentarios:

Isa dijo...

¡Vaya madre y vaya hijita! ¡Qué dos joyas!
¿Cómo se te ocurren esas cosas? Me refiero a la inclinación exacta de los 45 grados, teniendo en cuenta el bisturí y todo. Se me cae la baba con esos detalles.

Peneka dijo...

De tal palo tal astilla...¡¡¡Para que luego digan que los genes no son importantes!!!

Me mantengo:LO TUYO TIE QUE SÉ CUESTION DE ALIMENTACIÓN