viernes, 2 de mayo de 2008

MAESTROS PINTORES (I)

Lollobrígido Dicarpio.

Escuela tallarinesa, mediados del siglo XVI, llamado “el siglo del medio” por la mitad de los pintores. Su estilo, el brochazo desde lejos. Las sirvientas le duraban poco, pues recibían impactos de azul pálido o marrón sospechoso en los delantales. Entre sus obras están las famosas Vallas de Grimaldi, el Muro del Mogolloni y tres tabiques de Milán conocidos como el Tríptico Dil Saloni. Murió incomprendido, porque hablaba en ruso. Sólo al final de su vida se supo que no quería mayonesa en los bocadillos.

 Van Dickens Chokopik.

De la Escuela Holandesa, de donde robó gomas y tizas. Su trazo era recto como ninguno: Nunca dio su trazo a torcer. Para pintar circunferencias ya están las maricoides esas italianas, decía a sus primos, Van Cruiff y Van Dálico. Pero ¿y las cinturas? ¿y las manzanas? le preguntaban sus posibles compradores. ¡Pues bien que se las comprarán vuestros tatatataranietos al Picasso y nadie protestará el precio! Se ponía hecho una furia y le compraban algo para aplacarle.

 Malostratto Tiffossi.

Heredero directo de Miguel Ángel, le tocó en el reparto una docenita de pinceles. Hombre práctico, se dijo ¡pues hala, a pintar qué coj…! Y compró varios tubitos de pintura, dos lienzos, aceite, media botella de disolvente y algo para merendar para los niños. Pagó al contado la mitad. Cuando hubo acabado su famosísima obra “El que está tras el lienzo” no pudo cobrar hasta que convenció a todos de que debían mirar la parte posterior del cuadro muy deprisa pues “el que está detrás, corría a ponerse delante”. Legó muchos lienzos en blanco al museo del ayuntamiento de su ciudad, Pocanatta, cercana a Paggadero, cercana a su vez a Pocanatta por otro camino. 

3 comentarios:

Francisco Méndez S. dijo...

Muy buenos maestros pintores, lamentablemente (??), ninguno llegó a ser famoso.

Saludos

Gabriel dijo...

Bienvenido ulysses: En fin, hay tantos cubos de la basura en los museos que no sabe uno dónde se encontrarán sus obras.
Saludos cordiales.

Lola García Suárez dijo...

De estos artistas no nos hablan en la Facultad. ¿Por qué será? ¿Quizás eran demasiado buenos?