lunes, 29 de septiembre de 2008

Miedo

Escapaba. Escapaba una y otra vez sin saber bien de qué ni porqué. Cuando más feliz parecía, más contenta en su trabajo, con su familia, un buen día hacía las maletas y volaba dejando a todos desconcertados, perplejos. Esta vez sería diferente. Iba a ser madre. Buscó la ciudad ideal, la casa ideal, un compañero al que no le importó su estado. Por fin llegó el día, y cuando la vió, la besó con una ternura que desconocía en ella.Se asustó. La acurrucó bien en su pequeña cuna de hospital y en un descuido del personal se fue de nuevo.

5 comentarios:

Isa dijo...

Tremendo, Inma. Esta mujer huye de todo lo que implique una estabilidad; más que eso, una dependencia de sentimientos que interpreta como una atadura. El querer a alguien te sostiene a ese alguien para toda la vida. Pero eso, siendo una relación sana, es un gustazo. Esa pobre criatura, se ha vuelvo una enemiga demasiado grande para sí misma. Muy bien escrito, Inma, y por desgracia, bastante real.

Gabriel dijo...

No es fácil huir del desasosiego, del miedo a querer o a que nos quieran. Está tan trepidante el relato que me deja sin aliento. Es muy bueno el ritmo, y el final un latigazo.

Peneka dijo...

Comparto con Gabriel que el finazl es una sacudida impresionante.
Es vertiginoso. Te lleva de la mano en esa huida hacia no se sabe dónde

Me ha gustado mucho. Muchíasimo y sobre todo cuando hace referencia al descubrimiento de esa ternura que "ella" desconocia de si misma.

Me repito: muy bueno

Anónimo dijo...

Es desgarrador. Miedo a todo, miedo a vivir, a querer y ser querida. Miedo en entrar más dentro de sí. El relato me produce algo así como un nudo en el estómago. Y tiene un clímax de ternura total.
El comentario suprimido es mío. Ayer leí el texto muy tarde, y me "rayó" (en literal sentido. Es lo mejor que puede ofrecer un texto, crearte un conflicto, una controversia). Entonces te comenté que me parecía muy curioso "ese regusto amargo", esa película que no acaba en plan sueño americano, esa conseguida "fría realidad" que tanto me gusta e intento hacer yo en poesía (y tu poesía está llena de bichitos de color). Y te veo en prosa, sin embargo, creadora de paraísos de hormigón, gélidos y bellísimos, con un punto de luz intenso. Antes de irme a la cama, lo suprimí. Eterno aprendiz de escritor. Ahora te lo dejo aquí, ordenado. Este miedo tuyo no tiene desperdicio.

Lola García Suárez dijo...

El título de este microrrelato me da una punzada en el corazón. Esa palabra es tan imponente, y cómo tu la haces relato, es genial. El miedo está presente en él desde el principio hasta el final .