jueves, 18 de septiembre de 2008

VERSIONES.

Estoy enamorado de una bruja preciosa que trabaja en un bar.

Cada noche, voy a tomar una copa  con ella en las siguientes condiciones:

Coloca sobre la barra dos vasos con mi bebida favorita, pone una de sus manos cerradas encima de cada vaso y, después de mirarme, deja caer un reguero de polvo blanco en el líquido, lo remueve con una cuchara de cristal y me da a elegir después de un beso delicioso, quizá el último de mi vida.

Estoy seguro de que sigo vivo porque elijo beber del vaso bueno, el que no tiene veneno. Y eso ocurre porque sabe que desde la noche anterior no he dejado de pensar en ella y el día de trabajo y distancia no ha sido sino mi peaje de amor para esperar a verla.

 

Tengo a mi novio encandiladito, aunque sea fácil por lo inocentón.

Para curarle la úlcera de estómago, salgo del despacho cada noche, me visto de bruja y, en la barra del bar de mi hermano, le sirvo dos bebidas iguales, dentro de las cuales pongo una cucharadita de gastropelín, lo que le recetó el médico y no es capaz de tomar sólo. Entra, me besa y elige su destino. Después nos vemos para cenar en casa o fuera, y no le hace daño la comida. Tendré que cuidar de que no me vea cambiarme corriendo de un lado a otro y de comer más despacio, no vaya a coger yo también una úlcera con tanto estrés.

 

6 comentarios:

Isa dijo...

¡Qué bueno, Gabriel!
Me llama la atención la entrega y dedicación de ella al compararla con la deslealtad de él. Lo lista y torpe a la vez que es ella y lo "tontolisto" que es él, la criaturita.
El relato me encanta. Me gusta mucho cómo cuenta él, digamos, ese "ritual" que ambos siguen cada noche.
Original y muy bien hecho, compañero.

Peneka dijo...

Esto sería una buenísima descripción de lo que serían las dos caras de una misma moneda.

¡¡¡lo que puede hacer uno por amor!!!


¡¡¡ahhhhhhhhhhh, yo también os eché mucho de menos, por eso, hay que intentar volver a vernos pronto(aunque sea una excepción,vale?)

Lola García Suárez dijo...

Yo creo que, en el fondo, él conoce la identidad de la bruja. O al menos así me gustaría que fuese.

Gabriel dijo...

Hay más historias en vuestros comentarios que en la inicial. Los tres comentarios la harían crecer.
Aunque confieso que sólo buscaba el contraste, las dos versiones no enteramente opuestas, sino provenientes de dos ángulos distintos de la misma situación.
Gracias.

Anónimo dijo...

"A veces sueña, y se imagina, quién será aquel que tanto la estima... Y ella, que no sabe nada, mira a su marido y luego calla".
Qué veneno más inteligente, cómo sabes darle su lugar al lector. Cómo me gustan los ramitos de violetas.

Félix Amador dijo...

cuántas historias no inventan las mujeres y las madres para hacernos sobrevivir "a la fuerza".

Gracias por recordárnoslo.