miércoles, 29 de octubre de 2008

OBSESIONES

He podido convencer a mi paciente de que los soldaditos con los que juega a todas horas le hacen mal, argumentándole que ese paseo constante por su infancia le lleva a recordar otras vivencias negativas para la terapia.
Me ha entregado la caja dócilmente y la he colocado a los pies del diván.
Es mi último paciente hoy, y las manos me tiemblan de imaginar cómo estará mi alfombra dentro de diez minutos.

6 comentarios:

Gabriel dijo...

Relato de toque borgiano. Deliciosa la forma de relamerse al tener los soldados dispuestos en el pensamiento antes que en la alfombra.
Besos.

Peneka dijo...

Reconozco que estoy cortita(con sifón...)y he necesitado varias lecturas y el comentario del amigo escritor para captar tu relatro.

Me he atrevido( espero que no te importe, Isa), imaginarme ese ejercito formado frente a la chimenea(será por lo del frio)y a ese "profesional" tumbado todo lo largo sobre ella imaginando batallas, y batallas, y batallas...

Un beso

inma dijo...

Buena manera de vivir los propios sueños en los objetos de otro. Me gusta.

Cocomiel dijo...

Gracias, Isa. Sos un amor. Me pareció muy linda la idea de éste blog. Yo tmb los visitaré :)

Anónimo dijo...

Jajajaja... que bueno!! Quien estará peor de los dos?? Que cabecita la tuya.. La verdad es que no se puede evitar visualizar la escena. Me ha gustado mucho Un beso

Lola García Suárez dijo...

Me gusta, porque demuestra que todos tenemos nuestras debilidades. Me reconforta.