lunes, 26 de enero de 2009

Lección de Paz

(Poema infantil)

Quiero aprender en la escuela
una paz tan duradera
que cuando me haga muy grande
huya siempre de la guerra.
Mi profe dice que empiece
por las cosas más sencillas,
como perdonar al otro
cuando pone zancadillas.
Hacerlo parece fácil
pero no veas cuánto me cuesta
perdonar al que se ríe
mientras expongo una idea…
o al que utiliza mis cosas
sin haberme preguntado…
Al amigo que hace trampas,
al que cuchichea cuando paso.
Al que me hace sentir “raro”,
al que me ve diferente,
al que insulta a todo el mundo,
al que pega, al que miente…
Pero lo voy a intentar
porque, cuando sea mayor,
quiero saber perdonar,
y si lo aprendemos todos
en este mundo, por fin,
habrá Paz.

6 comentarios:

LaRubia dijo...

Al final, como siempre, son los niños, llenos de ternura y faltos de los malos vicios del vivir, los que nos enseñan lo puro de los sentimientos y lo fácil que es ser un ser humano, sin más ni más.
Hace mucha falta esa sensatez que tu pequeño defiende.
Bravo amiga.

Gabriel dijo...

No hay mejor sitio para sembrar la paz: La niñez.
Oí hace poco que los niños regalan un tiempo de amor incondicional. Después cada beso se negocia. Ese es el tiempo donde vive tu poema: El de aprender la paz por sí misma, sin condiciones. Para que crezca el respeto.
Besos y gracias por la valentía que supone educar para la paz.

Isa dijo...

La semilla germina en tierra fértil; y qué mejor terreno que el corazón de un niño. Tu poema viene a plantearme de nuevo lo que me preocupa a diario: ¿qué le estamos haciendo a la infancia para que crezcan estos monstruos, que cada vez son más? Y sé que son más, porque cada día nos asustamos menos de todas las barbaridades que nos llueven.

Tu poema, debería ser un dogma de fe obligado de ser aprendido y llevado a cabo por el mundo entero. Pero, como tú dices, amiga, "no veas cuánto cuesta".

Peneka dijo...

Ahí está la clave de nuestra salvación, de la salida de este tunel en el que nos hemos metido de una forma absurda y sin sentido.

Los ñiños traen en sus manos ese futuro que ninguno conocemos pero que todos deseamos y ansíamos que sea mejor.

Siempre los niños, siempre esa mirada que hemos de ayudar a no llenar de odio y de barbarie...

¡¡¡Es tan dificil perdonar...!!! pero hemos de hacerlo si queremos que nuestro planteta sea azul y nuestro futuro limpio de zumbido de balas y misiles.

Tener una maestra como tú, debe ser un lujazo.

Lola García Suárez dijo...

¡Qué poema tan maravilloso, sencillo, hermoso y necesario! Me ha encantado. Tienes una sensibilidad con los niños realmente especial.

Anónimo dijo...

Desgranas comportamientos internos del ser humano con una sencillez y maestría que me dejan embobado. Qué difícil a veces la práctica, y qué difícil ordenar y contar así verdades universales, para que germinen allí donde lleguen tus pequeños granos de arena. Tus poemas palpitan compromiso.