martes, 10 de marzo de 2009

Aventura

Hastiada de treinta años de lo cotidiano, se decidió por fin a vivir una aventura. Se apuntó a un viaje sola, sin marido ni hijos que la obligaran a seguir sus horarios y sus gustos. De alguna forma ahora se llevaba y no se veía tan raro. Eligió destino: Petra. Siempre había querido ir a Egipto y su esposo sólo ponía inconvenientes.
El viaje fue tranquilo. Incluso se permitió coquetear un poco con su compañero de viaje que la hizo sentir de nuevo bonita, pero sin permitirse ninguna licencia. Al llegar al hotel un extraño pavor recorrió su cuerpo. Intentó sobreponerse y salir con la excursión prevista para las siete de la mañana del día siguiente, pero le fue imposible tras una noche en blanco. Se quedó acurrucada en su cama de hotel. Lo mismo sucedió durante los seis días siguientes. El séptimo y último día por fin pisó Petra.
La emoción la desbordó de tal manera que se quedó allí eternamente.

2 comentarios:

Gabriel dijo...

Y el séptimo, en lugar de descansar, se emocionó para vivir eternamente. Impresionante juego con el tiempo de creación de un mundo propio. Muy bueno.
Besos.

Isa dijo...

Me encanta el personaje que has creado, porque lo has hecho absolutamente libre, y dueño de las riendas de su vida, en el lugar ideal e ideado.
Gracias, porque con estos finales una se siente también, y a la vez que esta chica, un poco más libre.