jueves, 25 de junio de 2009

AL TRISTE F.M.I.

Eran diez comisiones creadas

para hacer otras diez cada una;

y tener a las cien ocupadas,

sin buscar ni alegría ni nada

que nos diera en hallar en la Luna

algo más de centellas aladas.

Sin parar de charlar ni un segundo,

su labor: parecer que, reunidos,

elaboran los planes del mundo.

Distraernos de amar, de los sueños,

los soñados y los muy queridos,

desganarnos y poner empeño

en soñarnos también los vividos.

Incansables, emiten informes,

y redactan sus partes diarios;

con sus almas tan tristes, deformes,

no barruntan nada humanitario

y no tose ningún disconforme.

Cuando llega el final de su obra

y muy serios lo cuentan, no hay nada;

más del ciento por ciento, nos sobra.

¿Qué salió de sus mentes?, ¿qué hazaña?

¿Una estrella?, ¿otro sol de mil brillos?

Algo menos, tristezas, patrañas:

¡Un tremendo, aplastante ladrillo!

5 comentarios:

Isa dijo...

¿Eso es lo que va a hacer el Fondo Monetario Internacional, por la crisis, darnos un ladrillazo? Anda que según tú la llevamos clara. Creo que te refieres a eso, ¿no?

Gabriel dijo...

Me temo que hace tiempo lo pusieron a secar y ya está listo para tirárnoslo a la cabeza. Así es.

Lola García Suárez dijo...

A mí me parece genial que en estos tiempos se pueda hacer un poema tan contundente al Fondo Monetario Internacional, y que final más bueno.

inma dijo...

Poesía a lo prosaico, me encanta. Muy bien escrito con un ritmo bien mantenido sin rima. Yo me pido un ladrillo para tirarselo a los magnates q nos hunden.

Clea dijo...

Triste tarea, sí, distraernos de amar y apropiarse de nuestros anhelos.

Un billón de dólares se decidió para ellos en la cumbre de Londres, ¿no?
¿Cómo se distribuirá ese dinero?
¡Cuántos países endeudados y sometidos a esa espiral de deudas e intereses constantes!