lunes, 8 de junio de 2009

Foto: Peneka

A diario se sentaba frente al amplio ventanal. Apoyaba su espalda sobre el respaldo desgastado de la butaca de madera. Se mecía lentamente, acompasando su vaivén a los sones de aquella música lejana que volvía a él como la mar a la orilla. La música le envolvía. Cerraba sus ojos y abría su corazón. Frente a él, el amplio ventanal. Más allá, en el horizonte del atardecer, unos ojos le venían a visitar. Aquellos ojos color miel, aquellas palabras, aquellos recuerdos...
A diario se sentaba frente al amplio ventanal. La música sonaba y le envolvía. El suave vaivén de la butaca le adormecía. La noche llegaba despacio. El cielo, a veces cuajado de estrellas le recordaba que ya, ya era la hora.

6 comentarios:

inma dijo...

¡Qué bonito el relato Beli! La ventana tan moderna no va a juego con él pero también es muy bonita. El relato combina muy bien el compás de la vieja mecedora con la añoranza del personaje que falta.

Lola García Suárez dijo...

Ciertamente parece que el relato se va meciendo solo, como una mecedora. Es muy Peneka, Beli.

LaRubia dijo...

Me encanta tu ventana, me encantan tus recuerdos y el cielo lleno de estrellas bajo el que los cobijas.
Eres una artista por los cuatro costados

Isa dijo...

Un espíritu cansado, ansiando alimentarse de las imágenes, de los ojos que ya no tiene. Imagino a tu protagonista queriendo reunir todos los elementos, para convocar a los recuerdos, su asidero.
Preciosa foto.

Gabriel dijo...

Cuando el destino venga a visitarme, que lo haga de esta manera que tú has inventado. Por favor.

Besos.

Peneka dijo...

Gracias a vosotros, aún sigo creyendo en los Reyes Magos, y en la posibilidad de que algún día de estos sea capaz de escribir dejando que milápiz no se detenga por las prisas ni el tiempo apremiante de llegar a aquellos sitios que hay que llegar y que ninguna gana se tiene de hacerlo
He de ponerme deberes, como los niños en el cole.
Esto fue, un arrebato sin más. Gracfias por detener vuestro tiempo para llerlo y Gracias, por estar siempre ahí, en ese recodo de mi corazón.
Un beso a todos