sábado, 12 de diciembre de 2009

CÍRCULOS.

Elena se despidió del pintor, Julián, para ir a recoger a su hijo. Lo hizo en el coche del propio Julián, quien había traído por error el utilitario rojo de su mujer en lugar de su camioneta de trabajo, donde colocó la escalera la noche anterior. De camino a la escuela, al pasar por delante de la casa de Julián, vio cómo la mujer de Julián, Aitana, se despedía de un hombre que, dentro de una camioneta, arrancaba desde el jardín hacia la carretera. Se paró un momento a charlar con Aitana, mientras ésta terminaba de llamar a un servicio de grúas para que recogiera un coche azul estropeado, el de Elena. Mientras, el conductor de la camioneta, se acercaba a la casa de Elena, para controlar la pintura de la fachada.

3 comentarios:

Isa dijo...

Uy, uy, qué lío más bien montado y qué final tan buenísimo, hijo mío. ¿Ves? Yo sabía que esta historia era para ti, que eres quien de verdad le saca a este estilo todo el jugo.

Clea dijo...

¡Ja, está bien!
El mundo siempre ha sido un pañuelo.
Me recuerda a la teoría de los seis grados.
:)

inma dijo...

¡Y yo que no me entero de lo que ocurre!