domingo, 3 de octubre de 2010

Escribir sin remordimiento

Pasa otra noche
y tampoco merezco escribir,
amanece un nuevo atraso
en mi cuaderno de condenado.

Quiero escribir sin remordimiento
y mamá,
desde un azul umbilical,
ilumina el vacío
que contiene mis letras.

5 comentarios:

Gabriel dijo...

Te agradezco que pongas en una página en blanco la decisión irrenunciable de saber piropear a una madre.
Es la llamada siempre pendiente que tú ya has hecho con el toque magistral y mágico de este poema.
Un abrazo.

inma dijo...

Me alegro que te dejes ver un poco. Precioso el poema a tu madre inspiradora.

Peneka dijo...

"desde una azul umbilical
ilumina el vacío
que contiene mis letras"

¡qué palabras más hermosa, para quien tanto nos dió (la vida), nos da (el amor) nos dará (los sueños)!

No nos dejes huérfanos de tus versos, canallla

Clea dijo...

Un beso a todas las madres. Todas musas.

Isa dijo...

Qué me gusta lo que me transmite este poema, que no es precisamente ese canto que ven los demás a la figura materna, sino a la imperiosa necesidad de crear: "pasa otra noche y tampoco merezco escribir". Me encantan estos versos, Loren; escribir es para los que amamos este modo de creación, un regalo que te llega. Y cuando uno no puede "merecerse" ese momento de gloria, el hecho de escribir se convierte en una condena, en una asignatura pendiente, todas las horas del día, y si me apuran, también de la noche.
El final, al que los demás se refieren, me parece bellísimo.

Gracias, guapo.