domingo, 7 de noviembre de 2010

PARA SEGUIR

Observas la desagradable presencia de una mosca revoloteando alrededor de tus miserias. No necesitas fijarte demasiado para apreciar que se trata de una asquerosa mosca verde: te lo delata su planear lento y espeso; tan lento y tan espeso como el transcurrir de estas horas estériles de vida que te acompañan y que dejan tras de sí un reguero de excrementos que no acabas de animarte a limpiar, y que forma parte ya de una rutina, donde la mosca que hoy te hace compañía, ha encontrado su paraíso particular, mientras que el tuyo se va esfumando entre los desechos de una vida incierta, decadente y apática. Una vida en la que te dejas, poco a poco, invadir por todo lo que no puedes compartir con una mosca; aunque alguien dijo que contábamos con grandes coincidencias a nivel científico.

Hoy, más que nunca, quieres volar, pero no como una paloma sin mácula y representativa de más de una divinidad. Hoy quieres ser como ese insecto que se ha instalado en tu cocina, feliz con el paraíso que ha encontrado, sin pedirle más a su existencia. Y te preguntas: "¿no se trataba de eso?".

11 comentarios:

Anónimo dijo...

La belleza de lo horrendo. Verde mierda, verde muerto. Adosarse a un paraíso plano de azulejo sudado por el chup-chup de un hervor. Y esa segunda persona que, desde el afuera de una cocina, nos contempla. Asumir la existencia aún con ojos múltiples de mosca verde. Monstruos microscópicos nos abducen a otra catarsis y de fondo, la vida, el puchero.

Gabriel dijo...

Cuando se quiere volar, cada uno hace lo que pueda. Dejemos a la mosca lo que es de la mosca, y sigamos nosotros soñando, incluso en estos tiempos, veloces como un cadillac sin frenos.
En cuanto a lo de la paloma, mucho más símbolo que buena gente, la prefiero lejos, donde siempre.
La vida es la que es y tu universo, incluso en estos tiempos donde el agotamiento nos coge a traición, está por encima de unas alas, sean de paloma o de mosca: Basta con oírte cantar para saber cómo puedes alzar el vuelo.
Besos.

Clea dijo...

Estas viejas constantes de la vida...

Interesante segunda persona para recrearnos una escena así. Me parece diferente a lo que recuerdo haberte leído.
Abrazos.

Isa dijo...

Loren: "... y de fondo, la vida, el puchero." Esperanzador y muy literario tu comentario. Me encanta. Gracias por estas preciosas palabras.

Gabriel: Gracias por invitarme a seguir soñando, a seguir cantando. Tú sí que me has dado alas esta noche.

Clea: Me ha apetecido usar la segunda y tantas veces olvidada persona, para alejar de mí esta reflexión, pero creo que no lo he conseguido, jajajá...
Gracias por tu visión acerca de nuestros trabajos. ¿Sabes? Me gustaría que pasases a formar parte activa de este grupo nuestro. A mis compañeros, también. Estoy segura de ello. Si te apetece, ya sabes.

inma dijo...

Quizás el paraiso trabajado es más paraiso que el encontrado por casualidad ¿o no?
A veces hay que encontrar el valor necesario para "limpiar la rutina" y buscar el aliciente de la vida, esa chispa que te anima a vivir aunque no sea el paraiso, ni se acerque siquiera.
Un besazo. Me gusta la forma que has dado al relato. El fondo es muy amargo.

Isa dijo...

Inma, en realidad os aseguro que esta reflexión no se corresponde con mi estado anímico. Sí que tiene algo de mí, por supuesto, pero comparado con mi forma de sentir, es algo exagerado. Os lo digo para vuestra tranquilidad.
Gracias por tus palabras, que hoy entiendo más que nunca. Ya lo sabes. Un abrazo también para ti.

inma dijo...

Mujer, ya me imagino que es ficción, como casi todo lo que escribimos (es lo mejor de todo, poder poner a tus personajes en situaciones extremas). En eso estamos, pero es un relato que invita a la reflexión, no me digas.

Clea dijo...

Isa, muchas gracias. No sé exactamente a qué te refieres con lo de formar parte activa de vuestro grupo. Por mi parte así me siento, leyéndoos a diario y disfrutando vuestra obra, y no me explico por qué este blog no es más comentado y participado. Me gustaría.

Por otro lado, supongo que alguna vez os conoceré. Ya os imagino a todos según escribís y será divertido vernos, coincidir, conocernos.

Gracias, abrazos.

inma dijo...

Es que suponemos, amiga Clea, que escribes algo, y nos gustaría que publicaras con nosotros. Por otro lado invito a nuestros lectores, que me consta que son más de los que se atreven a comentar que se "suelten el pelo", y escriban de una vez, que sentirse leído anima a escribir.

Peneka dijo...

Lo que para uno es estéil, tedioso, vacío es para otro un tesoro, un sueño, un paraiso.

Aprender que cada día podemos dibujar una sonrisa, una luz azul en la noche, una caricia en el alma. Disfrutar lo que tenemos, lo que soñamos, lo que imaginamos...

Aunque la mosca vede y pesada me produce cieto "asco", el relato, esta reflexión en soledad y compartida luego me ha encantado. Y la segunda persona le da fuerza a las lineas, a los pensamientos.

Enhorabuena amiga. ¡Ahhhhhhhhh, y dile a las musas que me visiten aunque solo sea un ratillo!

Besitos de melocotón

Clea dijo...

¡Ay, Inma, ya te digo yo que no esribo nada o casi nada ("que no es lo mismo, pero es igual")!
¡Muchas gracias!
Un abrazo.