El mar y yo estamos haciendo las paces. Hoy me ha proporcionado un baño genial, con su poco de incertidumbre en la entrada y luego… meciéndome suavemente mientras me dejo flotar. Dando vueltas como las focas o haciendo inmersión como los delfines. Realmente me siento como una foca, pero con menos grasa (espero) ¿Por qué se utilizará de forma despectiva este animal tan divertido? A mí me encanta, lo confieso. Me sumerjo en el azul profundo y contemplo el horizonte, disolviéndose así los malos pensamientos. El mar me llena de energía positiva. Me renuevo. Y por la tarde me despido contemplando los brillos en el agua durante la puesta de sol. Hay días que siento los veranos tan largos como de niña.
miércoles, 24 de agosto de 2011
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2 comentarios:
Es lo más inteligente que he oído: hacer las paces con el mar. Y, después, como en las grandes reconciliaciones, mecerte dentro de él con suavidad. Me encanta.
Y respecto a las focas ¿nos han hecho algo malo? Son deliciosos, juguetones... y no se visten de nosotros. Un golpe genial el reivindicar cómo se divierten en el agua.
Me gusta cómo has pensado en letra alta, para poder compartirlo.
Gracias y un beso.
Gracias amigo.Pensar en "letra alta" me ha encantado como expresión. Ya que la neurona veraniega no da para cosas más rebuscadas, reflexionar sobre el día a día ayuda a escribir. Un besazo.
Oye...¿los demás leéis pero no comentáis?¿o esperáis al otoño para soltar todo el trabajito veraniego? Besos a toooooodaaaaaaaaaaaaa/os
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