No me dejes dormirme en un poema
cansino, calculado y derretido:
no me rías ni digas que has reído.
Pero sí si chamusca y no te quema.
No permitas el juego de la rima
por culpa de finales parecidos,
ni me abraces por versos conseguidos
si lo dicho con ellos te da grima.
Muéveme al fin, sacúdeme las venas,
que se aclaren de ripios bochornosos;
que soporten que no hay gloria en tanta pena.
Que renazcan de mil fallos gloriosos,
que intenten reducirme la condena
de andar en tanto verso mentiroso.
5 comentarios:
¡No me puedo creer que haya desaparecido mi comentario sin publicar!
Lo intentaré de nuevo:
¡Te has atrevido con un soneto!
Si bien el argumento me queda algo confuso, posee el encanto del enigma no desentrañado, del verso por el verso.
Mi hermanita anda un poco "espesa", yo no veo confuso el argumento, lo veo pesimista. No parece que estés muy contento con tu creación poética y es todo un logro hacer ese pedazo de soneto, así que felicidades...y a seguir. ¡este blog es mi rincón favorito!
Gracias a las dos.
Este blog se alimenta de ganas de compartir literatura. Y las segundas lecturas son imprescindibles. Siempre echo de menos a quienes nos prestan una mihita de su tiempo.
Besos.
Realmente debo andar "tela de espesa" pues he dedicado más de una lectura al mismo, y creo que Mac tiene razón. A mí me resulta un pesimismo inusual en tí, por que buscaba otra interpretación. He de reconocer que tiene todo el mérito el soneto.
Por encima de cualquier consideración, mil gracias por tu tiempo en una segunda lectura.
Besos.
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