viernes, 14 de septiembre de 2012

Grandes robos de la Historia (2)


2. Pinacoteca de San Juan de Mostachitos. Centro de Bolivia.

Equipo formado por:
Anastasio Peralta Médica. Rompemuros, abresobres, descorchador de botellas y destapador de botes de aceitunas (de los fuertes, fuertes que te duele la muñeca). 30 Condenas, algunas por sorteo. Poco hablador.
Pep Most Pons, alias el monosílabo o el monosabio, según. Mecánico de cajas fuertes.  A veces se queda dormido dentro de ellas, porque el chico recién nacido, Bertito, le está  dando muy malas noches con la barriguita.
Salma Sosa Sosías, la que mejor sisa, capaz de robarte los pelos de la nariz bajo el mar sin que te quites la escafandra. Se encarga de hacer las listas, tanto de las herramientas finas como de los productos de limpieza para el garaje siniestro donde se reúne el grupo. Sin condenas, gracias a robar a tiempo las sentencias del refajo del juez de turno.
La jefa operativa del grupo, Jonasa Benceno, la Inflamable. De carácter agrio y visceral, cambiable, alterable, imprevisible y finalmente jovial, cuando todos se han ido. Se encarga de las combinaciones de encajes, de color claro, así como las de las claves de las cajas y de las alarmas.
El golpe se fija para el 19 de agosto de 2012, con la fresquita.
La entrada, de entrada, es gratis por lo del día del amigo del museo. Algo que el grupo agradece, porque si no, a esperar otro año para dar el golpe.
Para no producir pánico y trabajar tranquilos, se tira arroz al público apuntando a los cogotes con canutillos vacíos de bolígrafos gastados. La mayoría atribuye el hecho vandálico a un grupo de escolares feos y quedan en la calle para pegarse y matar, al menos, el aburrimiento.
Se despliega el grupo abarcando las tres salas mayores.
Se abren bolsas y latitas de refrescos.
Por poco se abre la cabeza Anastasio, al embestir contra el muro madre de grueso cristal que separa la sala II de la III. Finalmente, con disciplina espartana, acepta entrar por la puerta que comunica ambas salas.
Se lanza el grupo, todos a una, a por las alcayatas, que desmontan con pasmosa facilidad gracias al “kitatuerkd2en2”, producto hondureño de excepcional calidad que Salma ha previsto y provisto gracias a un contacto de la Universidad, un tal Perico Rico.
Acto seguido, envuelve dos obras de “El Tosco” en papel de aluminio y lo apoya en la pared.
El resto sigue su ejemplo y se pone a quitar cuadros como locos.
Hasta que llega un momento en el que Jonasa, una enamorada de la decoración, le dice a Pep, su esposo y amor secreto:
-¿Y si cambiamos ese tan oscuro, el del fondo, y ponemos en su lugar dos más pequeños, de los que todavía no ha envuelto del todo el Anastasio?
En un momento, se dejan de tirar cuadros por los suelos y se ponen todos a cambiar de sitio, aprovechando los huecos, devolviendo las alcayatas, ¡sin un solo agujero de más!, ¡sin obras!
Cuando llega la policía, que siempre hay entre ellos quien entiende de arte, lo primero es felicitar a la jefa del equipo.
-Pero ¿cómo no se habían puesto así estas maravillas, después de tanto tiempo? Esto ha quedado mucho más alegre, dónde va a parar.
-Y oiga usted ¿qué se hace con los que sobran, estos tan oscuros?, -pregunta un sargento de segunda clase, nuevo en la ciudad, queriendo hacer méritos.
-Pues estos señores se encargarán de quitarlos de en medio, que no hay peor cosa que un museo desordenado. Luz y Espacio, amigo mío, luz y Espacio. No olvide nunca esas medidas para contemplar el arte. Adiós, damas y caballeros.
El sargento sale cabizbajo y mordiendo su libreta sin anotaciones.
Salma y Pep recogen el material de trabajo. Antes de embalar lo que le han dejado llevarse, aplican hielo al chichón de Anastasio y pasan un cepillito por el suelo, que dejan impecable.
En el garaje, hacen balance del golpe y ven, desolados, que no llegan a los cincuenta millones de euros por barba en la subasta por videoconferencia que celebran.
Tras merendar en silencio, Jonasa se levanta y suelta lo que todos esperaban:
-Mejor nos dedicamos a otra cosa, muchachos. Queda disuelto este grupo. Al salir, devolved los calcetines y que os vaya bien en el futuro. Más de uno sufrirá la tentación de vivir honradamente. Ojo, que han vuelto a sacar plazas para oposiciones.
En cuatro coches negros, la noche engulle a los –no quizá, seguro- cuatro mejores ladrones de arte de la calle Minas número 11, donde los cuatro viven con sus familias desde que se hizo la promoción de viviendas de VPO “Minasol”, sin entrada, magníficas calidades.

4 comentarios:

Clea dijo...

¡Mucha acción en San Juan de Mostachitos!

¿Le ponemos música?

http://youtu.be/QH3Fx41Jpl4


Glup.
:)





Gabriel dijo...

Un lujo. Doña Nina seduce siempre. Y a este relatillo se le alegran las pajarillas.
Gracias de veras.

inma dijo...

¡Qué robo!Siempre en tus relatos hay un orden dentro del caos, y si al final le sobran cuadros, pues todo mejor. El parrafo final me ha gustado mucho donde dice ..."En 4 coches negros... Eso, da la formalidad de un final familiar,amable y redondo. Un besazo

Clea dijo...

Nina, imponente.
Para leernos, divino.
Y yo me acordé, en medio de este revuelo, de aquel secreto de Thomas Crown y su música.

Besos. Gracias. :)

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