lunes, 4 de marzo de 2013

Sociomusixología práctica.


Ayer, en el teatro Tamundos, el sociólogo Kalper Borato Sigado, recién salido ­–como siempre- de su arresto domiciliario, demostró con un éxito clamoroso su tesis –nada original pero sí de modo original- que apoyaba a muerte la relación causa efecto y paralelismo del Bolero de Ravel y el orgasmo obtenido “o sobrevenido”, in crescendo, acompasado de modo paralelo a la famosa obra, es decir: en progresión creciente y de vertiginoso final, como corresponde a dos obras de arte simultáneas.
Para su triunfal prueba Kalper despelotó al público asistente a la interpretación de la mágica pieza musical situado en el patio de butacas. Lo hizo además con un orden premeditado sin el menor convencionalismo, procurando respetar ciertos principios de no promiscuidad, o bien reduciendo al mínimo dichos principios. Una vez situada la orquesta y con el director vuelto hacia ella, el sabio alineó en las filas impares a los hombres, a los que instó a sentarse con comodidad y subir los apoya brazos para, acto seguido, indicar a las mujeres montar a horcajadas sobre ellos sin perder un ápice del seguimiento de la música desde el primer instante, para lo cual hizo instalar una enorme pantalla en la entrada del patio, justo enfrente del escenario donde las mujeres ya encajadas podían seguir el compás de los instrumentos.
Conforme avanzaba la obra, salvo un pequeño error de posición entre dos parejas que supieron recomponer el orden preestablecido sin tener que parar la sección de vientos, el público de los palcos –a tenor de la posterior encuesta- afirmaba “sentir” las respiraciones aceleradas “al mismo tempo y compás que la melodía marcaba”. Se tomó nota para ello de los “ayes” y “uffes”, y de la progresión en el consumo de oxígeno, dato éste de una objetividad incuestionable.
En cuanto los platillos anunciaban el apoteósico final, se produjo un frenesí de pasiones desbordadas, compartido, demostrado, unificado y pletórico que alcanzó el 98% de las parejas que participaron en el experimento. El restante 2%, en que no se pudo o no se quiso despegar a la mujer de su asiento para cabalgar sobre su pareja de la izquierda, adujo broncas domésticas preexistentes y no resueltas antes de llegar al teatro, lo cual añadió si cabe más credibilidad a la demostración empírica del Teorema de Kalper.
La orquesta aplaudió a las 250 parejas intervinientes y, desgraciadamente, no se le concedió un bis.
Como nota anecdótica, al devolver la ropa a los participantes, uno de ellos, el señor Dexter Mita, metro noventa y ciento doce kilos, recibió y devolvió de modo inmediato un tanguita color magenta de doña Consuelo Pisadas, que no le reprochó el error y le pidió, en cambio, conservar sus enormes e inmaculados calzoncillos a cuadros blancos y negros con los que cubrir una pequeña mesita y jugar al ajedrez sobre ella en un futuro. Dado que los respectivos cónyuges no adujeron nada en contra, la transacción se llevó a cabo.
El próximo jueves, en el Aula Magna de la Facultad de Hinflalabolla se reúne el tribunal convocado para calificar –esperamos que con nota cum laude- el trabajo llevado a cabo por el profesor Borato.

1 comentario:

inma dijo...

Uf, da calor nada más pensarlo¡que ritmo! Esa partitura tiene su así, hay que reconocerlo. El estudio de ese tipo me parece fascinante pero más el que la gente se le preste tan de buen grado a colaborar en situaciones y posturas tan incómodas, jajaja