jueves, 18 de abril de 2013

En Feria.


De pronto en la caseta va ella y me mira,
me mira con dos soles como esmeraldas:
vértigo del contoneo al volar su falda
y hago como que escucho pero es mentira.

Ella pacientemente dice, me insiste
que llama la guitarra con arabescos
del Sol por sevillanas, lo que consiste
bailar entre jazmines en aire fresco.

Sé que voy en volandas, guiado en sus ojos
y una flor en su pelo que enciende un faro,
emisor de sonrisas, un clavel rojo
que me salva del mar de los desamparos.

Sus giros me dan miedo, me pierdo el norte,
pero el vuelo al moverse como un tornado
da al suelo de mis suelas, como un resorte
encuentro de infinito sitio a su lado.

No doy después del baile muchas más vueltas,
respiro como puedo, no estoy cansado;
me enamoré en la feria, magia resuelta
y no podrán quitarme lo que he bailado.

Supongo que a mis años es discutible
prenderse de una piel de aroma de cielo
y hablar de ojos bonitos, de oro en el pelo,
pero por una vez pasó lo imposible
y agradecidamente mordí el anzuelo.

3 comentarios:

inma dijo...

La tercera y la sexta estrofa me parecen sencillamente geniales. La primera apunta a una socarronería que luego no se mantiene, llevándote luego a tu lado más tierno( q está muy bien pero cambia el ritmo). La segunda estrofa la encuentro algo forzada comparada con la fluidez de la tercera que lleva toda la carga de profundidad que precisa el poema.
Perdóname amigo esta disección que he hecho de ru poema, ya sabes que a veces la confianza... Un besazo, y un olé por el poema en feria.

Gabriel dijo...

Te agradezco mucho tu lectura. Y, sin que se entere nadie, le das un orden que, ahora desde fuera, me hace verlo con mejores ojos, más allá de quedarme a medio camino entre la intención y el disfrute.
Un beso fuerte.

adelafe dijo...

no se si te llego mi comentario, pero me encanta esta poesia yo como no puedo ser critica te digo OLE Y OLE besazo ,