Destrozados los zapatos y los pies,
camina.
Atraviesa campos, países, mares...
Sin miedo, con coraje
huyendo de una guerra cierta,
implacable
que mermó su vida y su familia.
No camina solo.
Su hijo, sobre sus hombros
es su estrella, su impulso.
Dejó atrás todo
salvo su corazón
y esa pequeña mochila
con cuatro papeles y escasos víveres
hoy humedecidos por la tenaz lluvia.
Sigue caminando.
Entre muchos desconocidos,
hermanos
que se apoyan y socorren
formando una cadena interminable
de sueños, de denuncia...
Despertando por igual solidaridad,
rechazo, o incomprensión.
Pero se siente libre
caminando bajo el frío
hundiéndose en el lodo
que formó la nieve de ayer.
Compartiendo un destino
de dados que nunca tiró.
Vislumbrando una frontera.
Cerrada.
No importa.
Es tal su carga de esperanza
que no existen alambradas,
ni rifles, ni soldados
que puedan hoy cerrarle el paso.
Y él seguirá caminando
mientras miramos a otro lado.
Seguirá caminando
hacia su incierto objetivo
con ilusión.
Hoy, bajo la lluvia.
martes, 5 de abril de 2016
Larga marcha
Publicado por
inma
en
martes, abril 05, 2016
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7 comentarios:
Increíble la manera de transmitir que tienes con las palabras. Felicidades.
Una realidad dura tras la esperanza para sobrevivir, nos costará olvidar.
Un abrazo.
Gracias. Me alegra que alguien se pasee por nuestro blog olvidado, y más aún el que lo hayáis comentado. Un besazo a las dos.
Hióle ahí, Inma. Me ha dado un pellizco bueno tu escrito, poesía plena y valiente, versos fuertes y sinceros, más allá, que también, del hecho de revivir el blog.
Gracias por lanzar el guante.
Allá vamos, un abrazo fuerte y muchas gracias.
Venga amigos! Que nosotros podemos! ¿Vamos a dejar que crezcan telarañas?
Precioso, simplemente chapeau.
Me alegra ver que seguís escribiendo, no suelo dejar mucho mensaje pero... que sepáis que fans, haberlos haylos! :P
Sacad el plumero y a volver a darle caña a las letras!!!
Gracias Laura! Siempre anima tener lectores para los que escribir.
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