Queridos todos:
Se
pone uno tristón en las despedidas, pero con este año haré una excepción. Que
se vaya al guano a la mayor brevedad. Sin finiquito. Y que reclame.
Me
limito a un panfleto esperanzador. Lo pongo en frases chicas y cortaditas y así
puede que acierte en alguna.
Dejemos
de quemar cosas. Ni los árboles ni la sangre. Pirómanos de profesión, malditos
pirómanos mercenarios, no encendáis ni una maldita cerilla más. Si acaso, en el
interior de una tinaja con agua y, más exactamente, dentro de uno de vuestros
bolsillos. Ajajá: quemaos los pelos de los huevos y ya tenéis cómo pasar la
tarde.
Ni
un mal trato más. A nadie, pero menos a quien no puede defenderse. Tantas
mujeres ofendidas sin que se nos caiga la cara de vergüenza es una locura. Propuesta:
ante una bronca familiar, un paseíto, un apagar la tele, un aprender a callarse
y escuchar. Nunca dejar crecer esa sensación de dominio y posesión sembrada en
quienes como emblema, enarbolan un pito. Subpropuesta: si se acaloran los
ánimos, buscarse un boxeador y pagar con él, si se puede, toda esa autoridad de
mierda que los hombres argumentamos para hacer daño.
Menos
fútbol. El otro día vi a un chaval jugando al hockey y le eché en cara que así
no se juega al golf, mamarracho.
Ahorrar
agua. Me ducho a diario. Pongo lavadoras y lavavajillas cada dos días. Nuestro
consumo diario es de unos ciento setenta litros. Como propuesta sencilla, uso
el agua de la ducha, recogida en cubos, para la cisterna y el suelo. Sigo sin
efectos secundarios. Ruego lo probéis.
Lo
de los móviles. He probado a dejarlos en casa cuando salgo con amigos. Con
enemigos no estoy saliendo mucho. Pues bueno: la de cosas tan interesantes que
aprende uno mientras, además, trinca más aceitunitas que con el peazo silicio
ése de los cojines. Además, el conductor tonto de siempre de mi barriada, ha
probado a apagarlo dentro del coche y lleva el hombre un 125% menos de sustos a
los vecinos en los pasos de cebra. Entre todos le hemos comprado una caja de
polvorones. Y es cierta la leyenda: sabe hablar en directo.
No
quedarse metidos en casa con el frío, ni con el calor. Darse paseítos a ritmo
de paseíto, no siempre de escaparate. Comprad lo que vayáis a disfrutar,
compartir o gastar. Eso de pasar las cosas de una estantería (en la tienda) a
otra (en casa) es de semitonto.
Las
cosas, para usarlas. Lo mismo para los cuerpos serranos. Si están ahí, pues qué
demonios y no se hable más. Gastarse a base de titos, cariñitos y vaivenes es,
sigue siendo, la mar de entretenido.
Y,
bueno, vida no hay más que una. Y la quiero, y os la deseo, sencilla y con
algún toque simpático.
En
particular, dedico ese deseo a todos los que sufren. Tengo amigos, tengo ese
lujo. Algunos se han enfrentados al cáncer con un espíritu envidiable.
Derrochan ganas de vivir. Este pasquín va por ellos.
Y
para todos, seguidores del Manchester United incluidos, feliz año.
2 comentarios:
Muchas Felicidades, amigo, por tu simpática carta de despedida del año. Desde luego el año no se merece otra cosa. A ver si cultivamos un poco los espíritus y dejamos tanto consumismo y tanta violencia al lado. Un besazo.
Aunque pelín tarde, acabo de pasar un buen rato con tu magnífica despedida de año. A ver si volvemos al buen camino, lectores y escritores, y reavivamos este blog que tanto arte derrocha y tan buenos momentos nos hace pasar.
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