lunes, 5 de febrero de 2018

Sin febrero es marzo

     Yo soy una de esas miles de personas a las que el anterior relato dejó sin mes de febrero en el calendario, y que además no me llegó la convocatoria posterior para devolverlo. ¿Cómo lo has hecho? No aparece en ninguno de mis dispositivos. Por tanto, estoy en marzo. Un marzo un tanto irregular, eso sí, por la ola de frío y nieve que asola el país y yo con cuerpo de primavera, claro. Esta mañana salí a la calle con sandalias y vestido ligerito, porque en marzo, al mediodía ya calienta el sol. Pues ahora creo que tengo una medio pulmonía encima.
      No he pagado los recibos de ese mes, ni me he mudado de casa, ni siquiera he celebrado el día de los enamorados, que el mío ( mi enamorado) , suele celebrarlo en diecisiete porque fue un poco lento en declararse aquel año que nos conocimos o porque no le venía bien el catorce, vete a saber. Cosas nuestras. Mis macetas están floreciendo, porque también piensan que es primavera. El caso es que pienso demandarte, amigo mío, por no avisar y haberme perdido todas las fotos interesantes que has regalado. Que lo sepas.

2 comentarios:

Gabriel dijo...

Me encanta. Por lo ágil y lo bien trenzado como historia continua, con unos detalles simpáticos de verdad, que encajan, ya digo, como un guante. Temo al final la posible demanda colectiva. Como tengan esa solidez de tu relato, voy directo a la prisión permanente sin revisión.
Genial, Irma. Te agradezco hacerme son reír y reír con el relato.
Besos pallá.

inma dijo...

Gracias por tu comentario y perdona por la demanda queya estaba cursada, jajajaja
besos