jueves, 29 de noviembre de 2007

PASADO,PRESENTE Y FUTURO DE UNAS ZAPATILLAS DEPORTIVAS

PLENITUD DE UNAS ZAPATILLAS DEPORTIVAS


Unas zapatillas alcanzan la plenitud cuando desde el otro lado del escaparate, alguien les guiña el ojo, y ya en ese preciso instante, ellas mismas saben lo que puede ocurrir a continuación: que las calcen; y los cordones, sólo de pensarlo, se les ponen de punta.

HOGAR DE UNAS ZAPATILLAS DEPORTIVAS

Una vez calzadas, pagadas y plenas, las zapatillas, radiantes, flamantes y extasiadas, recorren las aceras, una junto a la otra. Esa noche dormirán al calor del hogar. Quizá en el baño, quizá bajo la cama, y con gran suerte, hasta pueden pasar la noche junto a los, ya rescoldos, de una acogedora chimenea. ¡Hogar, dulce hogar!
LIBERTINAJE DE UNAS ZAPATILLAS DEPORTIVAS

Pero puede ocurrir que el dueño de este par de dos, niñato seguro, de pronto sienta la necesidad de salir de madrugada; por consiguiente, las zapatillas habrán de despedirse, por unas horas al menos de las brasas que les daban calorcito, para ser penetradas, una a una y salir pitando a la calle.

"¡Bueno, así da gusto! ¡Tiene su puntito la calle."!_ le diría la una a la otra. Y por qué no, se encontrarían de pronto en una plaza o en un parque, con un grupito apañado de iguales a ellas, animadas y calzadas igualmente y rodeadas de litronas y ginebra; y, que además, a su dueño, ya más en otra órbita que en ésta, le diera por descalzarse, anudarlas a ambas y hacerlas volar, para dejarlas colgadas con una destreza pasmosa, digna de ser usada para mejor fin que para hacer el "vaina", en un cable de telefonía.

Entonces le diría una a la otra desde las alturas:

Compañera, ¿no cambiarías esto por el escaparate?

-Quizá; ¡ pero alégrate mujer, que ya no somos vírgenes!

9 comentarios:

Gabriel dijo...

Cada vez celebro más ese sentido del humor que andaba agazapado, prudente siempre; resulta que se te ha escapado de las manos, o que tú, mirando hacia otra parte, has dejado la llave puesta...
Original, actual en su crítica, bien llevado en la personificación de los zapatos. Para mí, redondo.

Ailema dijo...

Ya conocía el texto, de tu boca, y ha sido un placer de nuevo. Además, sabes que me encantan esos giros de última línea. Esos que bien dejan caer la mandíbula, hacen un nudo en la garganta, dibujan una sonrisa, o incluso hacen estallar una carcajada.

Isa dijo...

Gracias a los dos. Lo colgué temerosa, porque creo que tenía que haberlo pulido más. Era una prueba para saber si puedo, de vez en cuando, seguir por esa linea, y me habéis dado un alegrón. Besos.

Lola García Suárez dijo...

La vida que reflejas de las zapatillas es de lo más creíble. Y la denuncia encubierta aparece muy bien planteada. Ciertamente, el final me suena raro porque pensaba que se cerraría la metáfora que expones. Se me queda un poco colgada, como las zapatillas. Ritmo, muy bueno.

Lola García Suárez dijo...

Este no es un texto vanal. Va más allá de lo que uno piensa y eso se me había pasado por alto, por eso tu final sí me cuadra. Parece superficial, pero hay que pensar. El autor no puede darlo todo hecho.

Isa dijo...

Gracias Loli. Me alegra saber que llega al lector la intención que va tras ese final.

inma dijo...

El final me encanta. ¿Por qué eran tan hogareñas tus deportivas?Yo creo que serían más felices aún más marchosas.

Peneka dijo...

¿qué te parece, si en vez de mantenerlas en silencio durante gran parte del relato, no son ellas mismas las que nos cuentan("desde dentro")como viven la experiencia,qué sienten al ser calzadas, al volar por los aires, a pender sin más de un cable de la luz?¿Qué tal si le das vida, a ti que tanto te gusta que "los seres inanimados" nos hablen?

Isa dijo...

Creo que llevas razón. Entre Inma y tú me habéis llevado a la idea de que el tiempo que les haya dado de vida a estas dos, debe reflejarse en el relato de un modo más intenso; y tal como me lo sugieres, haciéndolas hablar, quizá se capte mejor el mensaje que quiero transmitir. Gracias, compi.