lunes, 10 de diciembre de 2007

PARA QUE LO REAL NUNCA TE ALCANCE

Deja que desmerezca tu bondad;

que no te mire si sé que me miras.

Deja que olvide toda la verdad

y de verdad me aloje en la mentira.

 

No te presentes con tu alma de tul,

que no harás juego conmigo, harapiento.

De los capítulos tristes del cuento,

no me rescates, mi princesa azul.

 

Ni con tu lanza mates más dragones:

Ninguno quiso quemar mi razón.

Dieron calor a un pobre corazón

y yo enfrié sus bravos corazones.

 

Ni comas más manzanas de venenos,

para dormir a la espera de un beso.

Salva a la bruja de su maldición

y sigue en busca de un príncipe bueno.

 

Yo que soñé que todas mis canciones

que tuve que inventar en el infierno,

te cantaría aquí en el cielo eterno

de brujas, duendes, magos y dragones,

no he resultado sino un triste diablo,

que no logró jamás soñar contigo.

Porque si cuento no sé lo que digo.

Porque si canto no sé de qué hablo.

 

Reniega de este cuentacuentos, vuela,

para que lo real nunca te alcance.

Vive en el cuento, amor, la magia, el lance

del caballero y tú, princesa eterna.

3 comentarios:

Ailema dijo...

Me ha parecido bellísimo Gabriel, desde el título, hasta ese amor desprendido que se derrama en cada verso.
A veces, con cosas así no te reconozco, pero se despierta mi la sospecha que hay otro Gabriel, por ahí dentro escondido.

Isa dijo...

Me quedo con todos los versos y no desperdicio ni uno. Es una "Fantástica" belleza el viaje que nos otorgas con este poema. A veces, uno eligiría la eterna fantasía, por la que hoy nos has llevado. Una belleza de poema, compañero.

Anónimo dijo...

Un viaje épico, un safari entre dragones y princesas enamoradas de caballeros, caballeros enamorados de princesas. Será que el amor es un cuento donde, de repente, pasa uno de ser Teseo a ser el mismito minotauro que al final salva Penélope con su hilo. Enredo eterno, el amor.