viernes, 20 de junio de 2008


DESOLACION

Me perdí entre las gentes.
Sonreían.
Miraban mis cuencas vacías.
Se asombraban.
Las llené de ayeres de colores.
Sonrieron de nuevo.

Seguí caminando entre las gentes.
Aquí o allá.
¡Qué más da!
Miraban mis manos.
Se asombraban.
Las llené de caricias olvidadas.
Sonrieron al contemplarlas.

Me perdí en las avenidas
de mi alma desolada.
No hubo miradas,
ni sorpresas.
Sólo mis manos cansadas
De acariciar la nada.

7 comentarios:

Gabriel dijo...

Un poema muy bueno: verso a verso.
Pero, cabezón que soy, no veo desolación, sino intento repetido de rescatar el alma, eso que nos permitimos el lujo de decir que ya no nos queda. El poema me recuerda las ganas de vivir, no me las quita.
Besos.

Laura dijo...

Estoy con Gabriel. Sobre todo las dos primeras estrofas, que terminan con sonrisas, me parecen positivas. Me ha gustado mucho. Saludos.

Isa dijo...

¿Perderse? ¿Perderse para encontrar qué? Cuando uno tiene que encontra algo perdido, o por qué no, algo nuevo que le llene la vida..., ésa... vacía, árida de caricias, tiene que haberse encontrado a sí mismo y no volver refugiarse en la "Desolación". Es ahí, precisamente ahí, donde todo está perdido. Buscarse un hombro para verter el vacío inmenso que alimenta al poema, tampoco estaría mal. ¡Ah, se me olvidaba!:
CONFIAR en las propias posibilidades y recursos, conlleva en gran medida al éxito. Y se me olvidaba otra cosa:
No me gusta ver mi propia desolación y lucho contra ella. Y no me gusta advertirla en quienes quiero..., y tú formas parte de ese grupo. Un beso.

Peneka dijo...

gracias Laura por tu comentario y sobre todo, por haber detenido tu reloj para leerlo.
A veces, uno escribe para gritar lo que en silencio le ahoga.
Gracias, me gusta que te unas al grupo.
A mis compis, solo GRACIAS POR ESTAR SIEMPRE AHI.
uN BESO DE COLORES PARA CADA UNO DE VOSOTROS.

Lola García Suárez dijo...

Siento no verlo igual que Gabriel y Laura. Yo sí veo desolación. Quizás demasiada. La desolación aparece como una figura real, actual, que se enmascara cuando se produce la nostalgia pero al final vuelve a aparecer. Por otro lado estoy totalmente de acuerdo con Isa y me encanta ver cómo usa la palabra luchar.
Lo que yo veo Beli, como te he dicho muchas veces, es que tu alma de poeta explore también otros caminos donde la ilusión, la esperanza y la vida sean los protagonistas.

Peneka dijo...

a veces la oscuridad no te deja explorr nuevos caminos. Tal vez mañana, renazca la luz

Gabriel dijo...

Señoras y señoras todas:
El propio escrito, en sí mismo, niega la desolación cuya señal sería no haber escrito sobre ella, porque no tendría medida. Si se enfrenta uno a darle sentido a la vida gracias a la literatura y a los amigos, es que nos sabemos capaces de enseñarle los dientes. Otra cosa son las prisas.
Y otra cosa, también, es la finura con que unos versos describen sentimientos desgarrados. Beli juega duro, no trivializa. Pero comparte. Eso, señoras y señoras, es esperanza. No desolación.
Ustedes disculpen la intromisión y tengan muy buenas tardes.