sábado, 20 de septiembre de 2008

CAMBIO DE VIDA.

 

Brigitte Van de Riyah, una de las jefas mafiosas más buscadas en toda la Comunidad Europea, se decidió a sentar cabeza, fundar una familia y dejar de disparar en horario de mañana.

Escogió para sus fines legalizantes a un pastor hindú –que sería su esposo-, dos niños adoptados de Corea del Sur –que serían sus hijos-, y una suegra gorda de los Pirineos, una tal Elsa Braalgo.

El elevado presupuesto para la ceremonia de la boda, los bautizos, los cumpleaños atrasados de los niños y el televisor en el cuarto de la suegra, le llevó a pedir un préstamo al Banco Molocas, de Ámsterdam.

Para ello, Brigitte pidió hablar con el director de la oficina, Luis Térico, y este, cumpliendo con sus obligaciones en expedientes de riesgo, le pidió un informe de vida laboral. En un momento de ofuscación, Brigitte disparó todas las armas que traía en el bolso; lo hizo sin apuntar, para que no dijeran que la tenía tomada con alguien en concreto. Hasta las perlas del collar que traía fueron utilizadas como munición en sus armas automáticas.

El director de la sucursal, a las dos horas de fuego de azar, y tras haber comprobado que los cargadores estaban vacíos, terminó su café con leche, salió de debajo de la mesa y accedió a estudiar la operación con la garantía de la pensión de la suegra gorda, que intervendría como avalista, y para lo cual no cedería en pedir una fotocopia de la carta anual de cobro y el NIF o pasaporte.

Brigitte, mucho más calmada, accedió a firmar la solicitud.

4 comentarios:

Peneka dijo...

A esta mujer eso de soltar la mano le vino de perilla...¡qué me he reido!la situación es algo más que original.
Y ese director de banco...¡¡¡¡¡¡¡¡qué sangre fria!!!!!!!

Isa dijo...

¡Uy, Uy, chiquillo! ¡Esos nombres otra vez! Vaya si me he reído; y comodice Beli, qué sangre más gorda tiene el tío.

Es original.Te mueves en el absurdo como pez en el agua, haciéndonos disfrutar a todos con tu humor inteligente y bien hecho. Éste es de los buenos, buenos. Enhorabuena por ese arte que tienes.

Anónimo dijo...

Jaja, los nombres tienen tó el arte, qué imaginación más grande.
Vamos, que disparó hasta las perlas del collar, nácar parriba, nácar pabajo. Y de avalista, la suegra. Ole.

Lola García Suárez dijo...

Está claro que a esta chica le va a costar cambiar de vida.