viernes, 19 de septiembre de 2008

Literatura y transgresión (I)



Picores.

Evita las ladillas literalmente,
evítame.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué es el compromiso literario?
¿Dónde están sus límites?
¿Hasta dónde ceder, hasta dónde juzgar qué es sano y qué es parasitismo?
¿Qué derecho real tiene uno a guzgar fríamente sin juzgarse a sí mismo?

Aquí os lanzo estos picores.

Gabriel dijo...

Yo a la muerte no le hago caso: Que haga ella su trabajo, la muy... Que los límites, las reglas y los umbrales de los cuentos, los pongan los mismos cuentos. Nosotros, los aprendices de escritores, jugamos a cogerlos por el aire y acunarlos entre las mejores palabras que tenemos. Como tú haces.

Isa dijo...

El único compromiso que tengo, Loren, es el de no traicionarme a mí misma. Traicionar a alguien también sería traicionarme a mí.

Los límites son los que aparecen cuando entra en acción el derecho de los demás.

Ceder. No entiendo que haya que ceder en nada. La libertad está por encima de eso.

Juzgar. Complicado, Loren. Más que juzgar, yo me quedaría con la idea de aceptar o no aceptar en base a nuestro propio criterio, ciertas actitudes. Si somos capacez de juzgarnos a nosotros mismos, de verdad, ¿por qué no poner en tela de juicio situaciones, actitudes de los otros?

Parasitismo. No es para mí tolerable. Ayuda al otro, aportación en beneficio del otro en la medida de mis posibilidades, eso sí.

Y por encima de todo la libertad, que como ya sabemos, acaba cuando empieza la del que tienes al lado.

Y para todo lo demás, la palabra.

Espero haber contestado de acuerdo con la necesidad de tus preguntas.
Si no es así, "repregúntame".
Un beso.

Anónimo dijo...

Esperas bien, porque aquí me tienes embobao, dando rienda suelta a mis necesidades, colmándolas.

Lola García Suárez dijo...

Compromiso literario sólo lo tengo conmigo misma y en todo caso con aquellos que sienten algo con lo que hago y me aceptan tal y como soy, con defectos y virtudes. Como ya te dije, en el ámbito de la creación la única bandera es la libertad y la mejor arma, el respeto.

Gabriel dijo...

Impresionante, Loli. Un comentario tan valiente como necesario.
Besos.

Anónimo dijo...

Cuánta razón. Cuánta calma. Ésa es la verdadera transgresión. "A dios pongo por testigo de que nunca jamás volveré a escribir desde las vísceras". Porque gracias a dios, no pasamos hambre. Un beso.

Peneka dijo...

Cuando me siento frente al papel en blanco, sólo quiero crear, dar forma a todo cuanto bulle en mi interior, todo cuanto he visto o sentido y que deseo compartir con el "otro".

No me siento capaz de juzgar a nadie. Me merece muc ho respeto aquel que crea, eso no quita que pueda llegarme o no. Eso es otra historia.

Solo cedería, si mis palabras dañaran a alguien. Yo solo quiero hacer sentir, pero si provoco dolor, prefiero callar.

No sé si estas respuestas servirán para algo o a alguien.

Loli utilizó en sus comentarios dos hermosas y poderosas palabras: libertad y respeto. ¡Si fuesemos capaces con nuestros escritos que ambas regaran todo cuanto nos rodea...!, que distinto sería todo

Un beso a todos, y...sois unos artistas.

Me siento muy orgullosa de contar con vuestras opiniones y cariño.

inma dijo...

Cuantas palabras bonitas y otra vez me quedo atrás.
Sintámonos libres que es lo más hermoso que hay, y al que no nos deje...¡ladillas! ¡Bravo por Lorenzo!