jueves, 18 de septiembre de 2008

Microrrelevo 8

Cosas de madre.

En ése que pone "Rec.". En ése tienes que fijarte, hija mía. Créeme. Los demás no te convienen. Dice la del quinto, que el único hombre hecho a tu medida, lleva el signo de Caín en la frente. Y que será tu única salvación. Y no me mires así, que soy tu madre y sé lo que te digo. Te juro que la del quinto es la única que sabe echarme las cartas, y que es capaz de ver más cosas que yo y la abuela juntas, te lo juro. Ya, ya sé que no quieres comprenderme. Pero aunque no te lo creas, esa era digital tuya sigue siendo cosa de pitonisas. Somos seres eléctricos, funcionamos a base de conexiones internas. Ya, ya sé que quieres ser como la Coixet, y que pasas de mis bolas de cristal, pero suelta esa cámara y escucha, bruja avería. Te lo diré en tu idioma. Tu hombre tiene una marca roja y redonda en la frente. Ése que pone "Rec." será, para siempre, tu complemento. En ése tienes que fijarte. Búscalo y, cuando des con él, no se te ocurra perderlo. Porque él te librará del mal de ojo que te ha echado la del bajo. No, si al final, con levantarle al chulo del novio, le has hecho un favor a esa golfa. Porque sé que andas con ese chulo, y no por dones de familia, no. Lo sabe todo el bloque, y va a ser tu ruina. Te lo digo en serio. Y no me grabes más, coño.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy micro no es, pero es la historia que se me ha ocurrido y aquí os la dejo. Besitos.

inma dijo...

¡Es total, Lorenzo!¡y vaya la frasecita que has elegido para el relevo!
Yo que la del relato mejor me metía a monja, ja, ja.

Isa dijo...

He visto a Chus Lampreave dándole consejos a Rosi de Palma o a María Barranco, o a Penélope, en tono misterioso. Vuelves a mezclar lo cotidiano, más que lo cotidiano, si me apuras, incluso lo vulgar con una forma fresca y rotunda de contar las cosas. Aquí, no encuentro tu estilo poético y desgarrador, porque no le hace falta a este relato; sin embargo, he percibido una soltura sorprendente. Un beso y enhorabuena.

Lola García Suárez dijo...

A mí también me ha encantado. Estoy con Isa, me ha resultado muy Almodóvar, muy cercano. Podría ser mi vecina o la vecina de mi madre. Y es que las madres saben tanto.
Como dice Inma, vaya final. Ja, ja, ja.
(el comentario anterior lo suprimí porque me había equivocado)

Anónimo dijo...

Ja, ja, ja. La verdad es que Isa me lo puso difícil. Compuse la trama de forma que "ése que pone rec" fuese una persona. Alguien con una mancha redonda y roja en la frente, un "signo de caín". Y para eso, necesitaba el componente mágico, la brujería. Y el tecnológico, para hacer la metáfora del círculo rojo del botón de "Rec.". Espero que se entienda la tontería, porque si no, no vale.

Gabriel dijo...

Esta mezcla de brujería y ordenador, es la verdadera magia. Y el ritmo del relato hace que no se noten los ingredientes, porque no pide explicaciones. Tan creíble como una conversación en el rellano de una escalera, donde cada cual sale igual que está en casa, sin maquillaje, y ningún tema sobre el que hablar es más ni menos trascendente que otro.
Y un tono de los buenos, de los que tiran del lector.
Un pelotazo.

Peneka dijo...

Dedsde luego está más que claro que estamos todos por ponernos alto el listón.Pero sin ninguna duda, todos lo superaremos con holgura.
El relato muy bueno, con su pizquitra de encanto, de sencillez, de cotidiano...el cóctel perfecto.

Me encanta que haya vuelto, guapetón

Peneka dijo...

Dedsde luego está más que claro que estamos todos por ponernos alto el listón.Pero sin ninguna duda, todos lo superaremos con holgura.
El relato muy bueno, con su pizquitra de encanto, de sencillez, de cotidiano...el cóctel perfecto.

Me encanta que haya vuelto, guapetón

Anónimo dijo...

Qué bonito es llegar a casa y, en chanclas, sentarse uno al ordenador con esta ilusión, y el vivo desgarrito dulce y cotidiano de lo que es uno mismo. Viendo las cosas que pasan a mi alrededor y sintiéndome agradecido. "Tengo un amor escondido en el centro de mi ser", como dice la canción. A ver que os escribo por ahí...paraescribirnos, paraleernos.