7:30
¡Sangre inconscientemente derramada!
¡Losa blanca que terrible clama al cielo!
¿Es dolor, es la muerte desgarrada?
¿O es que dejas las compresas por el suelo?
7:32
¿Y por qué otra transgresión se pierde el brillo
de ese suelo inmaculado e impoluto?
Porque llegas tarde casi diez minutos,
Y olvidas recoger tus calzoncillos.
7:36
Eso es cruel conspiración, grande patraña.
No hay mayor poner de negro en forma breve
que, aplicar en los tus ojos, tacto leve,
ese rimel azabache de pestañas.
7:45
Mil argucias y de forma tan cobarde,
atacando las mis ropas, mis perfumes
vas dejándote llevar, no los resumes
y los dos, lo tengo claro, vamos tarde.
7:47
Condición femenina y traicionera
a los hechos cíñete, mujer doliente.
Sólo quiero que el cepillo de los dientes
guardes dentro, que no lo dejes fuera.
7:50
Cómo zahiere esa palabra: dentro.
Cuando sólo de los dos a ti compete
apuntar con más detalle hacia el retrete.
No a los lados, no, justito al centro.
7:56
Esta herida a mi honor, crítica hiriente,
cuando saben las estrellas de los cielos
que se atascan en virtud de los tus pelos
los desagües con tapones resistentes.
7:58
Tú si obturas cual coágulo de arteria
el lavaplatos, amigo traicionado
de basura de los platos no vaciados,
de sabe el cielo qué otra vil materia.
8:02
¡Mil tormentas caerán hasta la noche!
No maldigo, mujer, sino te advierto:
No vayas en el tren, llévate el coche.
Lo he oído en la radio, sé que es cierto.
8:05
¡Ay, consorte masculino en la alborada!
¡Qué amparo compensa y me devuelve
ese aviso que me das y me resuelve
llegar temprano y seca, no empapada!
8:07
Vuela al tajo, mujer, no te demores,
que yo parto a mi labor también temprano.
Yo tampoco me mojo, no hay temores:
En la puerta me recoge Luis, mi hermano.
8:10
Me voy, pero no me voy contenta,
no sea que me coja un resfriado.
Este Pablo es tranquilo y despistado:
A ver si no se cuida en la tormenta.
8:10
Aunque va en coche y es buena conductora,
no me quedo tranquilo hasta que vuelva.
Que ese ir y venir Sevilla-Huelva,
dura cerca de tres cuartos de hora.
15:15
Hola, amor, otro día derrotado,
Hola, amor, otro día derrotado,
consiguiendo la tarde para amarnos
consiguiendo la tarde para amarnos.
Aunque nunca logremos recordarnos
Aunque nunca logremos recordarnos
recoger el pan que habíamos encargado.
recoger el pan que habíamos encargado.
3 comentarios:
Esto es un toma y daca desde el alba. En los tres primeros versos ya me estaba yo asustando, sin tener en cuenta ese factor sorpresa que podrías dar y que hace un giro completo con el cuarto; y a partir de ahí, todo un ritual de desastres domésticos en los que unos más que otros tendremos presentes nuestras mañanas y nuestros olvidos con el pan.
¡Qué gracia tienes!
Me asustante con los primeros versos, para luego arancarme sin contemplaciones una sonora carcajada.
Desde luego, a todo le sacas punta, no dejas titere con cabeza, es el ingenio de para leernos, sin ninguna duda. Frescura y disputas mañaneras...¡¡¡Es que eres como la coca-cola!(¿no hay problema por hacer publicidad,no?)
Gracias, chicas.
Siento que sea un poema algo largo, pero vuestros comentarios le dan vidilla al asunto.
Besos.
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