domingo, 16 de noviembre de 2008

Grandes Batallas de la Historia (II).

Batalla de la llanura de Fustenbërg.

 

Acordada tres meses antes, por la falta de locales, se celebró tras el desayuno del 12 de enero de 1781, entre los partidarios del conde Wenceslado O. Kulto y la duquesa Abralas Kortinas, aspirantes al reino de Piteria, con rey vacante.

Disposición de los ejércitos.

Uno enfrente del otro, salvo los despistados de siempre a los que hubo que llamar la atención. Un tal Gómez, lesionado, no salió en el equipo inicial.

Estrategia, traducida del acta de la batalla desde el lado de Wenceslado:

Si te mira mal, es de ellos, salvo los estreñidos; tú no lo pienses y arréale fuerte con lo que tengas más a mano. Si te falla una espada o una maza, no pierdas el tiempo en buscar el ticket de compra y pide al compañero más cercano usar temporalmente sus herramientas de pegar sin olvidar devolvérsela cuanto antes, que dejáis el campo de batalla hecho un estercolero”.

Aspectos tácticos, también según la citada acta:

De la caballería se espera un comportamiento edificante. No quiero carreritas a contramano ni tonteos entre jinetes y amazonas, como el año pasado, que nos echaron.”

A la hora acordada, empezaron las hostilidades. El árbitro, muy atento, mandó a la caseta a varios lanceros, en un claro “seis contra uno” y afeó la conducta a Jonás Pons que se tiró todo el tiempo “detrás” de su cuñado Kristo Hammer, el cual llevaba clavadas varias flechas que “no irían todas para él, seguro”, según el acta.

Se levantó polvo y se produjo más de un enfado serio. Gritos, empujones, gente por el suelo… Aquello parecía eterno.

No serían las cuatro cuando a la reina Abralas se le escapó un bostezo tipo lavadora con carga frontal abierta. Su propia hinchada se volvió contra ella en una pañolada histórica y abandonó el palco entre abucheos, dejando el campo libre y una victoria aplastante a Wenceslado, que patinó en la bañera al mes siguiente y se rompió la crisma.

1 comentario:

Isa dijo...

Ya me gustaría a mí saber de qué momento inspirador has bebido para que se te ocurran estas cosas( me refiero al detonante, al hecho exacto), aunque, claro está, no tendría gracia saber tanto. Eres tremendo. ¡Y esos nombres, por Dios bendito!